jueves, 19 de marzo de 2009

EL DEPREDADOR DE VIRGENES



Tenia un amigo muy divertido que se llamaba Jherson, tenia algunos años menos que yo, por eso me causaba gracia sus ganas desesperadas por estar con una chica, me recordaba a mi cuando recién empezaba. Jherson nunca había tenido relaciones sexuales y era algo tímido con las chicas, cada vez que se iba a acercar a una muchacha para buscarle conversación se moría de nervios y me buscaba para poner en practica una rutina que a mi me causaba mucha gracia, me decía: "Server, tócame el hombro muy fuerte y dime con voz grave: QUE LA FUERZA TE ACOMPAÑE". Aunque suene chistoso, esa rutina daba resultados con mi amigo, luego del apretón de hombro y la frasecita copiada de la Guerra de las Galaxias, Jherson se acercaba a la chica muy envalentonado y podía hacerle conversación. Algunas veces le robaba su numero telefónico o email, algunas veces salía con ellas, pero muy pocas veces lograba pasar a la siguiente etapa.

Y así pasaron las rutinas y los intentos por debutar en "ligas mayores", hasta que un buen día, se topo con una chica igual de desesperada que él. Se llamaba Susana y lo invito a ir a su casa mientras sus padres estaban trabajando. Jherson se moría de miedo, pero con un poco de agua fría, algunas cachetadas y unas jaladas de cabello lo hice entrar en razón. Jherson fue a la casa de Susana aquella tarde, no fue a clases y junto a ella pudo descubrir los secretos del sexo por primera vez. Al día siguiente ya era otra persona, su ego llegaba hasta el techo, sus ojos miraban mas allá de lo evidente y decía que ya era todo un semental, ahora ya no quería que lo llamen por su nombre, porque desde ese día seria:
El Depredador de Vírgenes.

Yo algo extrañado pero lleno de risa, le daba por su lado, era su momento de gloria, sus cinco minutos de fama, pensábamos que esa fiebre le duraría un par de días y nada mas. Pero parece que había creado un monstruo, Ahora no había mujer que le inspire temor, les hablaba a todas y ya no tenia miedo rebotar con alguna chica, "un depredador de vírgenes no puede darse el lujo de temer" me decía mirándome fijamente. En fin, pero lo extraño era que las mujeres le prestaban mas atención, será que emanaba una vibra fantasiosa por donde iba, una aureola divina que lo llevaba a otro nivel y que las mujeres podían distinguir, el caso es que en los dos meses siguientes se había acostado con unas seis chicas mas, de las cuales 3 también eran vírgenes. Fue así que nació la leyenda.

Ahora si le podía creer que era un depredador de vírgenes, y no solo eso, sino que era todo un "todoterreno", arrinconaba a las chicas en el baño, en alguna cabina de internet, debajo de las escaleras (como para no creer en la mala suerte), en cada lugar que se le presente, el tipo era un osado, un criminal del sexo, pero las cosas no son eternas. Un día que ya no recuerdo bien, este tipo nacido para pecar, fue atrapado por los brazos del amor, cayo en las dulces tretas del destino y se enamoro de una muchacha tierna y dulce, que le enseño a reposar de tanta travesura junta. Cuando mi amigo Jherson se fijo en aquella mujer aun no tan mujer, fue el día en que el Depredador de Vírgenes se perdió entre las historias que se contaban de él en los pasillos. Algunos piensan que murió para siempre, otros creen que solo esta en el reposo del guerrero y otros incrédulos como yo, intentan ponerlo a prueba para demostrarle que los animales del sexo no se van así de fácil.

Así que por alguna de esas calles, mismo Clark Kent, el Depredador de Vírgenes anda disfrazado de humano, queriendo ser un tipo común y corriente, alguien en quien se puede confiar. Pero no se fíen mucho, que el amor no cante victoria, porque los Depredadores no se domestican... solo reposan.


1 comentario:

Cesar Jack dijo...

JAJAJAJAJ TANTO FURURU PA QUE AL FINAL LO CAZEN ESAS COSAS PASAN JAJAJAJAJA.