viernes, 26 de diciembre de 2008

ATRASADOR NOCTURNO



La conocí en mi trabajo una noche, yo andaba aburrido de que no pasara nada interesante en mi vida en las ultimas semanas, y ahí estaba ella, apretando el pantalón en su andar melodioso, mostrando un escote que le daba bienvenida a los piropos mas exaltados. Yo no soy muy bueno para empezar la conversación con una mujer, pero aquella noche algo paso en mi, que me volví un hablador trajinado, un mentiroso compulsivo, en pocas palabras, me transforme en un lobito feroz.

Basto media hora para saber mucho de ella, tenia dos años mas que yo, trabajaba en una tienda del famoso Jirón de la Unión y tenia un enamorado que estaba peleado con ella, los motivos no me quiso contar, pero me bastaba con saber que estaba enojada con él. No dude en acompañarla al paradero para que tome el bus que la llevaría a su casa, sin embargo mis planes eran otros, como era sábado le propuse tomar algo juntos y seguir platicando de sus problemas (por alguna razón, eso les encanta a las mujeres, y yo soy muy bueno fingiendo que eso me interesa jeje). En fin, ya llegando al lugar, ella miro el ambiente y la buena música a todo volumen y se animo a pedir dos cervezas bien heladas, yo no quería quedarme atrás y pedí dos mas. La noche se hizo cómplice, ella me conto sus secretos mas íntimos y yo le dije mis mentiras mas interesantes (que me gustaría casarme algún día, que las mujeres suelen ser mas inteligentes que yo o que en mi otra vida me gustaría nacer mujer), no dude en abrazarla cuando se ponía triste, mi mano tocaba su cintura y recorría su figura de manera disimulada hasta llegar a acariciar su rostro como si fuera porcelana china o algún tipo de seda fina. Luego de algunos intentos, la pude besar bajo la oscuridad del lugar, cuando los parlantes sonaba "Mujer amante" de Rata Blanca, bese lugares muy cercanos a sus labios, acaricie partes que antes no me permitía, lo demás tomo un sentido natural, los movimientos fluían por si solos, no podía esperar a llevarla a otro lugar donde pueda terminar la misión a la que fui. Le hice la propuesta y ella acepto.

Estando en el hotel, pude ver su cuerpo desnudo, sus pechos que se endurecían conforme avanzaban las caricias, sus gemidos que subían de decibeles, sus manos que arañaban mi espalda, sus labios que dejaron de hablar para explorar partes de mi cuerpo que ya estaban bastante explorados. Cuando amaneció estaba abrazándome y respirando sobre mi pecho, no quería despertarla, se veía tan linda dormida, pero no tan linda como la noche anterior. Algo en mi quería salir huyendo de la habitación, sin dejar nombre ni numero telefónico, sin dejar rastro alguno de mi presencia. Pero nunca he podido ser tan cruel con las mujeres, le di mi numero y un beso de despedida. Aunque quería desaparecer de su vida, preferí tomar el camino largo y esperar que se harte de mi, poner en practica mi plan de escape, que es cambiar de carácter y volverme celoso y paranoico, hasta que me pidan darnos un tiempo de libertad, para así poder salirme por completo de sus vidas.

Ella nunca mas llamo, ni tampoco vino a verme a mi trabajo, yo tampoco la llame ni le mande un mensaje de texto saludándola, pasaron los meses y yo me moría de ganas por saber que de aquella muchacha de buenas piernas y escote atrevido. Pero nunca hice intento alguno por saber de ella, pensé que no había lugar para sentimentalismos, al fin y al cabo yo soy un lobito feroz.

Pasaron seis meses y un buen día abrí mi cuenta en "facebook" y ahí estaba ella, en unas fotos tomando sol en una playa del sur, acompañada de su novio (el mismo con quien estaba peleada), le escribí un email preguntándole si se acordaba de mi, si signifique algo para ella, si alguna vez pensó en llamarme o si podemos vernos algún día de nuestras vidas, su respuesta tardo diez días y fueron dos SI y dos NO, no precisamente en ese orden. Me sentí aliviado de alguna manera, golpeado en el orgullo pero no con daños irreparables, nada que un buen cuerpo desnudo no me haga olvidar.

jueves, 18 de diciembre de 2008

LOS HOMBRES G

Encontrar un amigo no es fácil, pero encontrar muchos amigos es aun mas complicado. Es difícil encontrar personas con intereses en común, pero de vez en cuando sucede un milagro y nacen amistades que sobreviven a través de los años. Y casi siempre esos milagros suceden en un centro de estudios. Tomo tiempo formar este grupo, teníamos que encontrar algo que en verdad nos apasione, como todos éramos hombres, pues las afinidades mas fuertes eran dos cosas: Alcohol y mujeres.
A ese par de intereses, hubo algo que también teníamos en común: Todos éramos misios. Producto de esas tres cosas que se mezclaron de manera explosiva, como tubo de ensayo de científico loco, decidimos hacer una rutina que empezamos a amar con el pasar de los meses: Sentarnos en la mesa de un bar cerca de nuestro instituto y comprar un trago barato que se llamaba “Punto G”(nunca un trago podrá llevar mejor nombre que ese). Así nació el nombre de batalla de todos estos camaradas vagos, alcohólicos y fanáticos de las curvas femeninas: Los hombres G.
Cada integrante tenia un ingrediente personal, que enriquecía mas al grupo, y ellos eran:

Daniel: el mas educado de todo el grupo y el mas blanquito también (algo que para el mas que una virtud fue una maldición, porque: “carne blanca…. hasta de hombre” jaja). Era el que mas sabia sobre la carrera, pero eso en el momento de sentarse en la mesa, ya no importaba. También era muy conocedor en las lides amatorias, pero, en teoría. Sin embargo con el tiempo aprendio mucho.

Oscar: conocido como “El mariconcito”, el mas inquieto con las mujeres, el mas aventado con las malcriadas y el mas afeminado también. Pero su andar femenino y sus frases mariconas no disminuían para nada su envidiada suerte con las chicas malas, de esas que nos gustan a todos.

Paúl: lo llamaban “El Lagarto”, el mas vago del grupo y el que siempre nos daba la razón en todo aunque no sabia de que estábamos hablando, talvez por eso era un gran aporte al grupo. Mujeriego tierno, de esos que se puede coger a medio mundo pero que al final del día sigue enamorado de su novia de la infancia (la cual nunca tuvimos la suerte de conocer).

Luís: mas conocido como “El Oso”, uno de esos que viven al límite de las reglas de la ley, degustador de mujeres casadas pero sobre todo de menores de edad, esas que pueden llevarte a prisión si un día amenazan con contarles a sus padres lo que les hiciste anoche. Era el que nos traia las anecdotas mas graciosas.

Jimmy: uno de los más tímidos, sin embargo no menos divertido. Era renegón, despectivo, homo fóbico, casi virgen, pero era el que ponía las chapas más graciosas. Era muy solidario, una vez recibió una “bala” por mí (ver entrada “Mi amigo, mi héroe”).

Carlos: estuvimos con él casi dos años, pero nadie supo en verdad que ese era su nombre, todos lo llamábamos “Vitarte”, porque vivía en un distrito del mismo nombre. Vitarte era el más renegón del grupo y el más misio también. Cuando pasábamos el sombrero a la hora de pagar la cuenta, él solo ponía un sol, y cuando se le preguntaba si podía poner mas, decía: “no tengo pe conch….”. Talvez por eso me gustaba preguntárselo siempre, para ver como se le arrugaba su enorme carita cuadrada.

Jaime: más conocido como “El dulce”, aunque siempre decía tener contactos con la mafia china, italiana y española, siempre nos divertía con sus ocurrencias. Era el mas cruel con las mujeres, un depredador sanguinario, un degenerado en potencia, es de esos chicos que sabes que no irán al cielo, pero que uno estaría muy contento de encontrarlo ahí abajo a la hora del juicio final, así no se perderá la diversión.

Johan: mas conocido como “beso negro”, por ser fanático de esa técnica sexual, técnica que luego se la aplicaron a el, con no menor satisfacción que cuando el estaba de ejecutor (sucede en las mejores familias). Siempre tenia frases para describir el momento y calificativos exactos para definir a una mujer de la mala vida.

El Server: su servidor, el que se reía de cada una de las bromas de estos tipos locos y desenfrenados, el que recibía las confesiones de cada uno de ellos y festejaba sus aberraciones. El que siempre trataba de juntarlos, aun después de terminar la carrera y cuando ellos ya imaginaban hacer de sus vidas algo distinto.

Ellos son los hombres G, algunos desaparecieron con el tiempo, otros quisieron unirse, incluso querían llamarse “hombre g” cuando apenas habían compartido la mesa un par de veces (un sacrilegio total), pero eso no era posible, para ser un hombre g había que tener una fuerte dosis de degeneración sexual, una cierta adicción a las mujeres traviesas y unas excesivas ganas de vivir la vida al máximo.

Eso eran los hombres G, una manchita de pendejos que disfrutaban la vida con un trago en la mano y una mujer al lado. Aquellos chicos que ahora ya no son tan chicos, pero que aun tienen ganas de sentarse en una mesa y saber… que los amigos son para siempre.

sábado, 22 de noviembre de 2008

MALDITA SEA !!


Estaba sediento de mujeres, de cuerpos desnudos que se mezclan con la oscuridad para formar apetecibles pasatiempos, estaba listo para despegar entre piernas de damiselas casi desconocidas (al fin y al cabo, alguien podría decir que conoce de verdad a una mujer?). Estaba ardiendo en deseo por culpa de una película traviesa que me había prestado un amigo del trabajo.
Cogí el celular para llamar a una amiga cariñosa, esas que te sacan de apuros carnales, de esas que no piden nada a cambio, solo mucho cariño a la hora de amar. Pacte un encuentro en su departamento, cogí mis llaves y mi celular, tome el bus que demora diez minutos en llegar, la prisa por estar con ella me llenaba la cabeza de ideas maliciosas y hasta se podría decir sádicas. Grande fue la sorpresa al entrar a su depa, ella no estaba sola, su mejor amiga estaba con ella y sobre la mesa varias botellas de cervezas vacías (lo cual era una buena señal).
Pensé que la sesión de caricias tendría que esperar, la habitación ardía tanto que decidí pedir tres cervezas mas y bien heladas. La música sonaba a todo volumen, los vasos chocaban tan fuerte producto de la euforia que parecía que en cualquier momento se podían romper, yo estaba embriagándome con dos mujeres sentado en una cama de dos plazas, pensé que si el cielo existía, debe parecerse mucho a esa habitación. Lo mas intenso de la noche fue cuando la nueva amiga, dejándose llevar por la música reggetonera a decíveles excesivos, empezó a bailar sobre la cama de manera tan sensual como aquellas bailarinas de nigh club y no solo bailar, sino que a medida que avanzaba la música se iba quitando una prenda a la vez, hasta quedar casi casi desnuda. Yo no podía creer lo que estaba pasando, pero por siacaso me di un pellizco y también le di un pellizco a las dos amigas que tenia conmigo, no vaya a ser que este soñando o todo eso solo fuese una ilusión óptica.
No era un sueño, ambas amigas estaban ebrias y deseosas de verse sexys al compás de la música. Y yo, deseando ser un semental para poder con ambas en una lucha cuerpo a cuerpo en ese ring de las cuatro perillas, estaba planeando con quien empezar, que pose del kamasutra estrenar en ese dormitorio que estaba a punto de incendiarse, planeaba cometer las mas aberrantes fantasias sexuales que puede tener un chico de mi edad. El final de la historia nisiquiera es digna de ser contada, nisiquiera traspasa los niveles de aceptacion para ser graciosa o sucia. Una llamada al celular de la amiga nueva dejo la infeliz noticia, su novio estaba a punto de llegar y quería irse con ella a una discoteca para terminar la noche, se iba a llevar al alma de la fiesta, al centro de la diversion, a la cereza del postre que imaginada degustar dentro de unos instantes. Aquella amiga cogió su ropa y salio huyendo para darse un baño mientras esperaba a su amante oficial, no sin antes darme un beso de despedida (y mientras lo hacia apretó mi entrepierna con su mano derecha, sin que su "mejor amiga" se diera cuenta), como pactando otro encuentro, como diciendo que esta historia no termina aquí. Pero al menos por esa noche, esta historia terminaba así, conmigo envuelto entre sabanas con solo un cuerpo desnudo, enredado solamente entre dos piernas y sin haber podido estrenar las poses del kamasutra que tanto me habían ilusionado. Esta vez se le escapo la presa al lobito feroz... será para la próxima.

POR QUE BEBEMOS LOS HOMBRES ??


Por que bebemos los hombres? Es la pregunta que se hace muchas mujeres, por que tantas veces llegamos al exceso de perder el control y al día siguiente tratamos de recordar lo que hemos hecho para poder saber a quien pedirle disculpas? Por que bebemos tanto, que al despertar con la resaca y un ojo morado, empezamos a preguntar quien nos golpeo y si tuvimos la culpa de que nos golpeen de esa manera?.
Casi siempre que bebemos la pasamos bien. Y es que los hombres no solemos beber con cualquier persona(ojo, eso lo hacen los alcohólicos), siempre que destapamos una botella de cerveza (helada por supuesto) hay algún amigo a nuestro lado, un tipo que apreciamos, admiramos o hasta envidiamos, porque a diferencia de las mujeres, nosotros disfrutamos compartir unas copas con los tipos que envidiamos, las mujeres en cambio desean morirse antes de compartir algo con mujeres a quienes envidian, prefieren estar lo mas lejos posible para que en voz bajita hablen de todos los defectos que tienen (o que dicen que tienen) aquellas mujeres algo “superiores”. Ellas no saben disfrutar del trago como los hombres.
Por que bebemos los hombres?. A través de tantos años de experiencia, de tantos bares compartidos, tantas resacas padecidas, puedo dar algunas razones para que aquellos que aun no lo entienden, se hagan una idea mas concreta.
Bebemos porque al estar ebrios, nos sentimos superhéroes, pues hay que reconocerlo, es lo mas cerca que podemos sentir que nos parecernos a Spiderman, Hulk, Batman y otros seres paranoicos y desquiciados. Somos fanfarrones con adrenalina en todo el cuerpo.
Bebemos porque los chistes causan mas gracia cuando uno esta ebrio, tanto para el que cuenta el chiste como para el que lo escucha.
Bebemos porque es muy difícil ser tímido cuando tienes 8 botellas de alcohol corriendo por tus venas. Las palabras fluyen por si solas, como copos de nieve en el polo norte.
Bebemos porque es un buena terapia para hacer amigos, muchas veces empiezas con dos cervezas y cuatro amigos a las diez de la noche y terminas a las diez de la mañana, con 24 botellas vacías tiradas en el suelo charlando con siete amigos (de los cuales solo dos estuvieron contigo desde el principio).
Bebemos porque beber con los amigos, es contar historias pasadas, estrenar historias nuevas o inventar finales felices, a veces nos hacemos mas mentirosos conforme aumenta el alcohol, y cada vez las mentiras se hacen más creíbles.
Bebemos porque mientras tengamos un vaso de cerveza en la mano, nadie en todo planeta nos podrá decir que es lo que tenemos o no tenemos que hacer. Es decir, recuperamos nuestra independencia como machos, como hombres de las cavernas, nos volvemos tipos ordinarios e impúdicos que no saben otra mejor cosa que hacer, que ser felices en manada (osea, junto a otros borrachos de la misma especie).

Y al terminar la noche somos un grupo de farsantes felices de haber sido superhéroes, de haber vencido la timidez, felices de saber que tenemos mas amigos y sobre todo, felices porque siempre habrán mas historias por vivir, pues los hombres bebemos…. cuando nos da la regalada gana.

viernes, 31 de octubre de 2008

MI AMIGO, MI HEROE


Alguna vez han deseado tener un amigo que seria capaz de recibir una bala por ti? esa clase de amigos que con un arrojo suicida come el primer bocado de tu plato sospechando que podria estar envenenado, o simplemente aquel tipo que se lanza de un barranco para que tu ya no lo hagas. Esa clase de amigos deberian recibir una medalla de honor, el estado deberia crear leyes que permitan que estos heroes anonimos tengan un poco de gloria. Porque uno nunca sabe en que momento nesecitara un amigo asi.


Hace un tiempo, llegue a la casa de mi buen amigo Jaimito "el dulce". Me habia invitado a su cumpleaños y no podia fallarle, llegue junto con Jeremy (amigo de ambos) en un viaje de casi dos horas, tuvimos que pasar por avenidas silenciosas, zonas despobladas y hasta un cementerio oscuro a la medianoche (se imaginan eso?). Pero al final pudimos llegar, cuando entramos a la casa y vimos a las invitadas, Jeremy no dudo en comentar: "Yo no me cojo a ninguna, aunque me paguen", en cambio yo tenia la leve esperanza de que con el transcurrir de la noche y con unas copas de mas, aquellas invitadas se verian mucho mejor que la primera impresion. "Deja que nos embriaguemos y despues veremos" le dije en tono burlon. Llegaron los tragos y las bromas de la noche, conocimos nuevos amigos, aprendi nuevos apodos y entendi que en ese lugar aun quedaban esas costumbres de pintarle la cara al que se quedaba dormido.


No recuerdo cuantas botellas estaban vacias, ni tampoco cuantos tipos yacian inconcientes en el sofa con la cara llena de colores, solo recuerdo aquella silueta de una mujer de senos enormes y caderas anchas balanceandose al compas de la musica, frotandose los pechos con las manos y mostrando su lengua provocativamente. Frente a ella estaba mi amigo Jeremy mirandola de forma tan depravada que facil podria ir preso. No dude en acercarme a ella y hablarle cosas calientes y casi vulgares al oido, Jeremy no estaba muy contento asi que se tambien se acerco y la charla ya era de tres. No podia dejar mi brazo a torcer, tuve que salir a comprar mas trago, intentando emborrachar a mi amigo para tener el camino libre. Pero no calcule las consecuencias de mi ausencia, deje mucho tiempo a solas a ese par. Cuando regrese ya mi amigo tenia los labios sobre aquella muchacha de senos y caderas prominentes. Yo soy un buen perdedor, por eso no arme escandalos, hasta no dude en celebrar la nueva conquista de mi amigo con unos brindis (teniendo aun la idea maliciosa de que todavia podria emborracharlo). Pero mis esfuerzos fueron en vano, mientras mas bebiamos notaba que ella se ponia mas caliente, algo que a mi no me favorecia para nada sino todo lo contrario, era darle mucha ventaja a mi amigo, lo que me provocaba ciertos celos profesionales (porque esto de ser un lobito feroz es cosa seria). No dude en terminar la reunion y dejar que se vayan al hotel a completar la faena.


Ya dejandolos en la puerta del hotel, camino a mi casa, me iba derrotado y cabizbajo, me estaba muriendo de ganas por estar en el pellejo de mi amigo, queria saborear aquellos pechos apetitosos y grandes. Lo del dia siguiente fue un fatal desenlace, mi amigo termino asustado y hasta casi en shock porque le empezaron unas comezones incontrolables en aquella parte baja del cuerpo donde hace pocas horas se estaba celebrando un jolgorio de humedad y extasis. Jeremy habia sido atacado por uno de esos tantos bichos a los que uno siempre esta expuesto cuando se lleva a la cama a una chica que recien ha conocido y no usa protección(gajes del oficio le dicen).

Tendria que pasar por varias visitas medicas, algunas untadas de pomadas contra los hongos y una que otra sesion echado en el sofa de un psicologo que tratara de convercerlo que no todas las mujeres son "peligrosas". En cambio yo estaba mas que sorprendido, quizas hasta agradecido por el triste acontecimiento de los hechos. Teniendo en cuenta que yo pude ser la victima, por esas cosas del destino yo pude haberme ido con esa chica "peligrosa" (y dada la situación, ya no tan exuberante). Mi gran amigo habia recibido una bala por mi. No es acaso un heroe??. Al terminar de escribir esta historia empezare a redactar un pedido al presidente de mi pais para que gestione una medalla de honor para este pobre "caido en combate"