martes, 15 de noviembre de 2011

ULTIMA CITA


Han pasado muchos meses sin verla, lo usual era que me llame cada mes para un encuentro de hotel, sin preguntas, sin vacilaciones. Pero luego de mi viaje me dedique a mi trabajo que se hizo mas agitado. He salido pocas veces, he pecado menos, quise descansar el cuerpo y mi mente, ni siquiera he podido escribir, mi memoria se fue a otro lugar donde no entraba la inspiración. Sin embargo al final del mes al fin llama, pero no con el mismo desenlace.

Suena mi celular y es Vanesa, se la oye llorosa, como llena de dolor, me dice que vaya a buscarla, que tiene problemas y me cuelga. Pensé que eran esas llamadas extorsionadoras donde te dice que es un pariente y necesita dinero o se ira preso por un delito que cometió en la desesperación. Luego de veinte minutos me ganó la curiosidad y llamé a mi amiga. Vanesa sigue llorando, me dice que esta en la sala de emergencias de un hospital porque se esta desangrando, que se sometió a un aborto clandestino y todo salió mal. Necesita que la ayude, su familia no sabe nada y no quiere que nadie se entere, me dice que tiene miedo de morir en ese lugar, que vaya cuando antes y la saque de ahí. Un frió desolador me invadió.

Hace muchos meses que no la veía, no sabia que Vanesa tenia pareja, pero aquel tipo la dejo a su suerte y ella hizo el trabajo sucio por su lado. Ahora esta muriendo y pensó en mi como opción. Yo jamas la llamaría si cayera en desgracia, tengo mis propios "salvavidas" y ella no esta en esa lista. Pero ella ha pensado en mi, esa es la idea que empezó a invadir mi cabeza los últimos treinta minutos. Tome mis llaves, la billetera y una gorra para pasar inadvertido y fui en busca de Vanesa, no sabia que hacer estando ahi, solo quería no dejarla morir en ese lugar.

El Hospital "Bravo Chico" esta en el lugar mas peligroso de la ciudad, ahi es donde la pequeña Lima se pone mas horrible que nunca. He llegado a ese hospital, entré a la sala de emergencias y no he visto a Vanesa por ningún lado, he preguntado por ella pero tampoco me dan información. Un vigilante al ver mi cara de desesperado me dice que vaya al área de ginecología, pero tampoco estaba ahí. He recorrido cada lugar, cada rincón de ese hospital, y me he dado cuenta cuanto los odio, me dan tristeza, ver tanta gente llorando, histéricas gritando y preguntándose: por que?.

Las horas pasaron, el final de esta historia es que me encontré solo, sentado debajo de una escalera, rodeado de gente llorando, con el celular en la mano tratando de llamarla como cien veces y ella ya no respondió. Nunca mas respondió.

Era un fin de semana cuando leí un aviso en el Internet, alguien ofrecía sus servicios con discreción, eran casi encuentros furtivos, en una esquina del centro de la ciudad, ella se describía y pactaban un encuentro en algún hotel cercano. Yo la llamé y la invité a comer, luego caminamos por la avenida Mendiola mientras me contaba sobre su vida, sobre su pasado, pero jamas de su presente. Aquella noche no fuimos a un hotel, yo quería conocer a la mujer, no a la prostituta. Fue así que Vanesa me pidió un segundo encuentro y empezó nuestra historia. Ahora quizás nuestra historia haya terminado.

sábado, 8 de octubre de 2011

VIAJERO DE REGRESO


Lleno de dudas, con una pelea de gatos en la cabeza, queriendo huir de todo, me propuse hacer un viaje. A donde? a cualquier parte, lo importante es escapar de la rutina, acostarse a las cuatro de la mañana y dormir hasta el mediodía no parecía algo saludable para mi. He querido volver a escribir pero también no hacerlo nunca. Alguna vez han tenido esas crisis existencialistas?. Esta vez me tocó a mi. Andaba por el Megaplaza viendo en que gastar mi dinero y fue cuando me tope con una agencia de viajes, no lo pensé mucho y tome el primer bus para Trujillo, porque ese lugar? no había razón, solo salir de Lima, de la pequeña y aburrida Lima. Tome mi mochila y mi billetera, y partimos.

Llego a la ciudad de Trujillo, camino hacia la Plaza Mayor y me pongo a tomar fotos, pido un tour por la ciudad, paso el dia entero conociendo lugares, hasta que llego la noche. Busco diversión y no la encuentro, ni los taxistas saben donde se divierte la gente. Hasta que fue un taxista quien me llama. Me pide que suba, yo le hago caso y estando en su auto me pregunta a donde quiero ir. "Llévame a donde se divierten los hombres de verdad" le digo sin titubear, el me mira muy serio y me dice: "Hay dos opciones, un nigh club donde las chicas se desnudan y la segunda, el burdel mas conocido de Trujillo, llamado El Milagro". Yo escogí la tercera opción: "Llévame primero al bar nudista y si me aburro me llevas a ver El Milagro".

Era casi medianoche cuando íbamos de camino al burdel mas famoso de todo Trujillo, que cosa rara, estaba ubicada fuera de Trujillo (detalles de parroquiano solamente). El bar nudista no me gusto, sin embargo aquel burdel tenia lo suyo, un lugar lleno de habitaciones donde cada mujer estaba parada en la puerta con su mejor lencería, algunas sin mucho que ocultar. Me quede cerca una hora en aquel lugar pero no me acosté con ninguna, sali a buscar al taxista que me seguía esperando. Y fue ahí que empieza la historia.

El taxista se llamaba Felipe, era un hombre de unos cincuenta años, me decía que el conocía la ciudad como la palma de su mano y me llevo al gran coliseo, ahi estacionado me contaba que de chico quiso ser boxeador, que una mañana entro a ese lugar a pedir que lo entrenaran. Un tipo viejo se le acerco y le dijo que el lo entrenaría si seria capaz de aguantar cinco minutos con Ivan, un joven moreno que golpeaba un saco de arena en uno de los rincones. Felipe acepto sin dudar, lo único que quería era aprender a boxear, "quería ser como Mohamed Ali" me decía aun con un brillo en los ojos. Subió al ring y a los tres minutos ya tenia la cara hinchada, le estaban dando la peor paliza de su vida. Un anciano de aspecto vagabundo paró la pelea y empezó a darle de gritos a todos ahí presentes: "Abusivos de mierda, como dejan pelear a este chico nuevo contra el campeón estatal".

El anciano bajo del ring a Felipe y le dijo: "hijo, si quieres aprender a boxear yo puedo enseñarte, si quieres puedes retar a Ivan en tres meses, pero sabrás pelear y ya nadie te agarrara de cojudo". Felipe acepto la propuesta y tomo el reto. Ivan solo se burlaba mientras el viejo hacia correr a Felipe veinte vuelta al coliseo cada mañana. Al principio Felipe se la pasaba corriendo, "es para que ganes piernas" le decían, ya luego le enseñaron a golpear el saco: "El secreto esta en sacudir el saco hacia arriba, dar un golpe y empujarlo lo puede hacer cualquier, si lo haces moverse hacia arriba, tus golpes serán mas dañinos", me narraba Felipe como si todavía tuviese dieciséis años.

El resultado: tres meses después Felipe sube al ring sin miedo y le revienta la cara a Ivan en solamente cinco minutos. El viejo le consigue mas rivales a Felipe, lo lleva a competencias y empieza a ganar en serio. Y llegan las buenas épocas: "En este mismo coliseo pelee la final con el gran Romerito (famoso campeón nacional de antaño), aun conservo esa medalla, es mi gran tesoro, tengo recortes de periódicos de mis campeonatos ganados. Pero deje el boxeo por mi mamá. ella sufría del corazón, nunca le dije que boxeaba pero un día se enteró. Cada vez que subía al ring ella se ponía mal y podía morir de un infarto. Y yo la quería mas que cualquier medalla" me decía mientras me mostraba la foto de su progenitora ya fallecida hace unos meses. "Me buscaron muchos empresarios, me ponían peleas, me ofrecían dinero. Pero ya no podía ocultarlo porque Trujillo es una ciudad chica y pegaban los afiches en todas partes. Pero ahora puedo decir que le di una paliza al gran Romerito" terminaba su historia, con una sonrisa que estoy seguro le ha durado por décadas. Todavía tenia ese porte de búfalo, esas manos grandes y esos brazos con que estoy seguro aun podrían tumbarse a cualquiera.

Enrumbamos de nuevo a mi hotel, quiero bajarme y me dice que le debo un dinero extra por haberme esperado tanto tiempo en las afueras del burdel. le digo que no me había dicho que había que pagarle la espera, que en ese caso se hubiera ido y tomaba otro taxi, me negue a pagarle. Felipe detuvo el auto, aun faltaban unas cinco calles para llegar a mi hotel, eran las tres de la mañana y no había un solo alma en los alrededores. Saque la calculadora para hacer mis cuentas: El tipo pesaba casi el doble que yo, tenia unos puños de acero y le había partido el alma al gran Romerito (eso fue hace muchos años, pero yo en mi vida había tumbado a un campeón nacional y eso jugaba en mi contra), saque la billetera y lo que parecía un tour por la ciudad termino casi en un asalto a mano armada, armada de pura potencia. Le di un billete mas, nos despedimos con un apretón de manos. Mientras caminaba hacia mi hotel, lamentaba tener este cuerpo mofletudo, imperfecto, carente de fibras, lamente no tener las agallas de enfrentarme a un tipo de cincuenta años que para mi vergüenza, tenia mas musculatura que yo. Pero luego pegue la risotada, había encontrado a un tipo como pocos, divertido, alguien que me saco del hoyo de aburrimiento en que me encontraba, me llevo en las putas, me dio un paseo por la noche trujillana, donde ningún guía de turista afeminado es capaz de ir. Aquel tipo me quito un billete pero a cambio me entregó una historia... me regresó al camino.

jueves, 11 de agosto de 2011

EXPEDIENTES SECRETOS V


Recuerdo que ella me dijo que no había conocido nunca a alguien como yo, que la hacia sentir especial, que yo si sabia tratar a una mujer, que sabia tocarla, que era tierno, inocente, lejos de todo mal, pero yo no le creí. Quizás porque recién estaba empezando en estas cosas y debía desconfiar de todo el mundo, quizás porque no estábamos en un parque de diversiones ni en una iglesia, estábamos en un "table dance", donde ella tenia que salir a bailar dentro de quince minutos.

Aquella noche salimos de su trabajo y nos metimos a comer cerca de ahí, luego la lleve a un hotel donde hicimos el amor. Estando sobre mi pecho, oliendo mis latidos, me dijo que me quería, que quisiera estar conmigo siempre, que nunca se alejaría de mi si se lo pidiese, pero yo no le creí. Quizás porque no estaba en edad de creer, porque quise evitar quedarme en un solo lugar, o quizás porque yo no podía sentir lo mismo.

Una tarde ella me dijo que había dejado el trabajo de bailarina en ese night club, que ahora estaba trabajando en una tienda de ropa, me dijo que su vida había cambiado gracias a mi, que seria otra persona y que esta empezando un nuevo camino, que si la sigo seria feliz. Me dijo que ya no ha vuelto a ver a sus amigas, que no sale a fiestas, que quiere ocupar su tiempo en cosas mas importantes para ella, y yo no le creí. Me sentí de otro planeta, o quizás invente un mundo para mi solo, parecido a una burbuja de jabón. Me volví insensible, frió, distante, el mas grande cabrón que ella conoció.

Ella me dijo que quería ser madre, que tenia planes, que un día dejaría de cuidarse, que no hay nada en el mundo que la haga mas dichosa, me hablo de mudarnos fuera de Lima, donde su familia tiene un lugar donde vivir, me dijo que quería intentar una vida conmigo, que estaba segura que nos iría bien, que quería una familia. Pero yo no le hice caso, no quise creer, y ella de alguna forma lo entendió. Algunas semanas después ella me dijo que haría un viaje, que tal vez seria largo, que me cuidara mucho, que espera que algún dia la extrañe, tomo un bus y se fue a casa de sus padres. Nunca mas la vi.

En todo este tiempo he tenido tres sueños, de un niño que me llama por mi nombre, que va de la mano de aquella mujer. Los sueños no son seguidos, tienen algunos años de diferencia uno del otro, pero siempre veo al niño mas crecido, y cuando le pregunto la edad, me dice exactamente el tiempo que he dejado de ver a su madre. Siempre he creído en las señales, pienso que cada vez que los sueño algo importante sucede con la vida de ellos. Al despertar del primer sueño la he buscado, pero me dijeron que ya no vive ahí, que no conocen a nadie con ese nombre. He buscado las formas de dar con ella, pero ha sido inútil, ella ya no esta a mi alcance. He tenido que vivir con eso todo este tiempo, sin saber si es real, si en algún lugar del mundo hay alguien que tiene mis ojos, mis gestos o mi mal humor. Espero poder vivir lo suficiente para poder verla de nuevo y cerrar ese capitulo o retomarlo. Este expediente es el secreto mas grande que tengo. Lo quise contar ahora, justo cuando he pensado dejar de escribir mas en este lugar.


sábado, 30 de julio de 2011

EXPEDIENTES SECRETOS IV


Siempre me gustaron las putas, siempre fui amigo de ellas. Desde que tenia quince años y me sentaba en una esquina de Barrios Altos a ver como la noche mostraba sus peores miserias. entre ladrones, drogadictos, alcohólicos, paseaban ellas felices (o fingiendo ser felices, siendo esa su mas grande cualidad). Primeros fueron calles peligrosas, luego burdeles y después bares nocturnos, siempre tuve una debilidad por esos lugares, como si algo en mi les pertenecía. Con los años los abandoné, pero siempre algún amigo me ponía de regreso. He pasado mis mejores noches entre putas y viciosos, no tengo reparo en decirlo, uno es lo que es.

Tenia diecinueve años cuando entré a aquel club nocturno llamado "Amazonas", me llevaron mis amigos de clases, un viernes por la noche que buscaban relajo. Yo debía dormir temprano, pues al día siguiente tenia un juego importante en el equipo de fútbol de mi amigo "Capulina" (un señor cuarentón que reclutaba jóvenes para un campeonato donde el primer premio eran dos mil billetes). Pero no podía dejar en el aire a los chicos, yo era de las personas que nunca evitaba los buenos placeres, simplemente los vivía con desenfreno.

Estando en el bar cada chico escogía una mujer para que la acompañara a beber unas copas. Yo escogí a Jazmín, una bella fémina de lindas caderas, cabello ondulado y ojos rasgados. Nos sentamos con todo el grupo, me preguntó a que me dedicaba, con quien vivía y si tenia novia. Yo le conté la verdad, aun no entiendo por que razón. Mientras la noche llegaba al clímax, los tragos hacían se terminaban, aquel día hice varias confesiones y ella también. Jazmín me contó que tenia una hija de dos años, vivía en casa de sus padres a quienes les decía que trabajaba de anfitriona en una discoteca. El mundo es un pañuelo, una caja de sorpresas, una vieja cabrona que cuando se propone voltearte la torta lo hace sin el menor escrúpulo. Supongo que alguien especial, alguien que rige el mundo lo pensó bien aquella noche, porque Jazmín y yo vivíamos en el mismo distrito, y porque el padre a quien ella le mentía cada noche era mi amigo, a quien yo veía cada sábado, el viejo "Capulina".

Le conté a Jazmín que yo conocía a su papa, ella con algo de temor al principio, me pidió que jamas se lo diga, y yo se lo prometí. Fuimos buenos amigos, como solo pueden serlo un vagabundo bohemio y una prostituta. Cada viernes por las noches le contaba mis planes entre copas de sangría, de lo poco que anhelaba, de lo conformista que podía llegar a ser un tipo común y silvestre. Ella también tenia planes, juntar el dinero necesario y viajar fuera de Lima, empezar de nuevo, conocer a alguien que no sepa su pasado. Recuerdo que una noche le confesé que un día escribiré un libro con mis memorias, ella en vez de reírse hizo un brindis por que mis deseos se cumplan. Compartimos tantas cosas en aquella mesa roja, dentro de aquel club nocturno que seria la cuna de mis historias mas escabrosas.

Semanas después conocí a la que se convertiría en uno de los mas grandes amores de mi vida: Luz, con quien estuve varios meses. La encontré, la ame, la disfrute... y la herí. Luz se marchó una noche para siempre y yo que no tenia consuelo, regrese a aquel bar nocturno donde la felicidad era solo una careta que duraba hasta el amanecer. Busqué a Jazmín pero ella ya no estaba. Pregunté por ella entre sus amigas y me contaron varias historias, que su hija murió, que se volvió una alcohólica y que se marcho con el primer tío con dinero que le ofreció "una nueva vida". Busque al viejo "Capulina", no basto preguntarle nada, su mirada decía que estaba enterado de todo, nunca me dijo donde se había ido Jazmín.

Han pasado tantos años, he visitado tantos bares, recorrido calles inapropiadas, los lugares mas indecentes de la pequeña Lima. Jamas pude encontrarla. Pienso que solo le hacia falta alguien que la escuche y le diga que hacer, Jazmín estaba pidiendo auxilio a gritos, quería que alguien le mostrara un camino que la haga cambiar. Pero yo tenia apenas diecinueve años y lo ultimo que pensaba era en madurar. Yo no podía cambiar ni mi propia vida, al contrario, la buscaba destruir entre tanto alcohol y amanecidas.

La vida a veces, solo a veces, te echa salvavidas, yo tome una y ahora estoy aquí escribiendo de todo lo que fui, con una taza de café y una cuenta en el banco que espero un día llenar. Ella, no se donde estará ella, si tomo algún camino o si se quedo en lo mismo. Si volvió a ser feliz o le dio la espalda a la vida. Yo todavía la recuerdo cuando mis pasos me llevan a los lugares de siempre, viciosos, ladrones, vagabundos y prostitutas, buscando historias o solo inspiración. Es a donde siempre voy a pertenecer... uno es lo que es.

sábado, 23 de julio de 2011

EXPEDIENTES SECRETOS III



La conocí en mi trabajo, vino acompañado de un amigo que era policía, el tipo sentía cierta admiración por mi, aun no entiendo porque, pero decía que me ganaba el dinero de la manera mas haragana que había visto. en parte tenia razón, me pagaban por hacer muy poco, y si lo hacia mal, igual me llenaba los bolsillos. Y como si eso no fuera suficiente, podía pedirle el numero a mis clientas y luego invitarlas a salir, sin que nadie me reproche por eso. Eran buenos tiempos, época de vacas gordas, sexualmente hablando.

Luego de algunas bromas, algunas historias contadas, el tipo tuvo que ausentarse y me dejo a solas con su acompañante. No pude evitar hacerle la charla, no fue difícil saber su nombre, Yasira. Los planes de Yasira eran imprimir unos avisos con su nombre, donde decía que seria la futura congresista del país. No tarde en sonreír, aquella mujer era guapa, elegante, pero no parecía por ningún lado ser una política. Le dije que se dedicara a otra cosa, que no gaste su dinero en metas imposibles, ella me tomo de la mano algo enojada, y me dijo: "Cuando este en el congreso, voy a ver tu cara de idiota y me dirás lo mismo que me dices ahora". Yo seguí sonriendo y mientras soltaba mi brazo le dije: "tu ingenuidad me fascina, yo votaría por ti, solo al verte caminar se me pone la cara de idiota. Pero aun así no ganaras". Ambos nos reímos, me pidió que la ayudara, que le cree un correo electrónico y la asesore en publicar sus propuestas en una pagina de Internet. Hice todo lo que me pidió y nos hicimos amigos, me dio su numero y prometimos encontrarnos en otra ocasión.

Yasira vino varias veces a mi trabajo a conversar, a contarme de sus hijos, uno de ellos era juvenil en las inferiores de un club de primera, la otra estaba casada y vivía en España con su esposo. Yasira se sentía sola, no vivía con ninguno de los dos, y eso la ponía mal. Y entre tanta charla terminamos en su casa, un departamento pequeño por el centro de la ciudad. La noche hizo lo suyo, mientras ella dormía soñando con una vida mejor, yo observaba cada rincón de su departamento, buscando respuestas a mi historia. Fue entonces que vi fotografías en ropa de gala, bikinis llenos de adornos, en escenarios fastuosos. Aquella mujer sola, triste y soñadora, era una vedette de los años ochenta, algo famosa. Había recortes de periódicos, revistas de la época, cuadros en la pared con personajes conocidos de la farándula local. Era un pasado bello, una etapa llena de luces y lujos que alguna vez tuvo que terminar. Entendí que la vida es un tren que te lleva de estación en estación, dejando todo a su paso, sin preguntas ni cargos de conciencia. La vida se renueva a cada momento, no es bueno aferrarse al pasado, pues terminamos hiriéndonos a nosotros mismos.

No volví a ver a Yasira hasta mucho tiempo después, cuando paso por mi trabajo de la mano de su pareja, un tipo de su edad y de aspecto adinerado. Quise suponer que fue feliz, que la vida le dio otra oportunidad, tampoco llegó a ser elegida en las elecciones como se lo predije. Pero eso es solo un detalle. Andamos de calle en calle, sin saber lo que nos espera en la siguiente esquina, reímos, lloramos, amamos casi por instinto, no por convicción. Y cuando miramos hacia atrás preferimos encontrar respuestas en vez de preguntas.

Hace una semana leí en los periódicos: "famosa vedette de los años ochenta padece terrible enfermedad". Los sueños suelen terminar, sobre todo cuando el olvido llega en forma de huracán para arrasar con todos los recuerdos. No era justo que alguien que vivía del pasado, pronto tendría que olvidarlo irremediablemente. Jamas entenderé los caprichos del destino. Me imagino un día ya no tener que escribir porque ya no recuerdo nada de lo vivido. Y cuando alguien me haga leer este blog pueda decir: "esto alguna vez sucedió??"

domingo, 17 de julio de 2011

EXPEDIENTES SECRETOS II


La conocí en un juego de futbol, estaba en el vecindario de un amigo, buscando rivales para apostarle dinero al ganador. Llegamos a la “Quinta Carbone” un lugar muy conocido de Barrios Altos, dispuestos a dejar la piel por unas monedas. Apenas tenía diecinueve años pero era muy cumplidor en la cancha. Fue entonces que la conocí, era de estatura mediana, piel morena y escultural figura, unos senos que provocaban terremotos y las caderas que parecían de fórmula uno. Se llamaba Luna, tenia veintiún años y unos ojos que lo decían todo.

Aquella tarde ganamos dos juegos, y nos pusimos a beber en su calle, estando entre copas me anime a hablarle, ella muy accesible me dejo dos sonrisas que invitaban a mas. Le pedí su número y la lleve a un lugar oscuro. La bese tantas veces como días tiene el año, entre sus senos pude escuchar el eco de mi voz y en sus caderas pude ver el milagro de su ropa interior. No tuvimos sexo, pero ya se había pactado todo a travez de caricias. No sin antes ella confesarme que habían tres detalles que tenía que saber. Una que tenía novio, y que el novio no era cualquier tipo, y dos que también tenía novia, y tres, que lo último que quería era complicarse más la vida.

No le hice más preguntas, no daba al caso, era obvio que lo nuestro solo seria pasajero, sin culpas ni restricciones. Salimos un par de veces. Tuvimos sexo después de todo. Y una tarde mientras se duchaba, leí un mensaje de su celular, era de su novio, pude ver para mi sorpresa que el novio era un jugador de futbol no muy famoso, pero destinado a serlo. Lo había visto en los periódicos, incluso yo era hincha del equipo en que jugaba. Me sentí extraño, me hubiese gustado acostarme con la mujer de un futbolista del equipo rival. Pero en esto no hay banderas, solo oportunidades que se aprovechan. Sin embargo tenía curiosidad de quien era la novia de Luna. La empecé a buscar en el celular y descubrí que era la maestra del instituto de modas donde ella estudiaba, algunos años mayor pero no por eso menos bella.

Me preguntaba sobre lo interesante que podría ser, esto de ser bisexual, como diría Arjona: “Nunca hay pierde….todos los buses te llevan a casa”. Aquella tarde Luna me confesó sus experiencias, hablamos de sus primeras veces, de lo difícil que suele ser llevar una doble vida, que conmigo se sentía bien porque no tiene que fingir, pero que tarde o temprano yo debía desaparecer, porque su vida está hecha para dos, no para tres. Yo hacía de mal tercio y lo acepte. Nos acostamos un par de veces más y luego salimos como amigos. Compartimos muchos secretos, fantasías, nos dábamos consejos, y hasta me invitaba a comer a su casa cada vez que podía. Yo en cambio, empecé a ser mas hincha de mi equipo, empecé a ir mas seguido a los estadios, sentí que se lo debía al moreno atacante de enganche endiablado, como forma de compensación.

Con los años nos alejamos todos, Luna termino con su novio y a los dos meses también con su novia. Para no joderse la vida se dedico al trabajo, tanto que se fue a Argentina ese mismo año para ser operadora de una empresa de teléfonos. Me escribía una vez al mes contándome sus quehaceres, su lucha por hacerse de una vida en un país lejano. Luego terminaron sus correos, sus llamadas, todo. Entendí que su vida tomo otro giro, uno donde yo ya no tenia lugar. Luna ha venido a Perú tres veces en los últimos siete años, la ultima vez vino con su hijo de ocho meses en brazos. Nunca pudimos encontrarnos, nos llegamos a sentir dos desconocidos que ya no tienen secretos que contar. A ella le gustaba las cosas que escribía, decía que era bueno con las palabras, pero que eso de escribir bonito, "es como tener el pene grande, si no sabes hacer todo lo demás, te jodiste".

Nunca aprendí a ser un hombre, solo fui el amante, el mal tercio. Al que inevitablemente borrarían de sus vidas apenas encuentren algo mejor. Cada vez que llegaba una mujer a mi vida me preguntaba: "y ella cuando se ira?, cuando se dará cuenta que la vida sin mi, es igual de interesante?". Las noches en Lima son frías, lluviosas, torrenciales. Mientras escribo esta historia que tenia guardada en la memoria me pregunto: Dicen que el amor lo puede todo, todo lo vence, a todo sobrevive... pero que pasa cuando no es así?.

miércoles, 13 de julio de 2011

EXPEDIENTES SECRETOS I



Quedamos en encontrarnos frente a mi trabajo, era un domingo en la tarde y yo tenia muchas ganas de conocerla. tenia apenas veinte años y era una de las pocas citas del chat que iba a tener en mi vida. Siempre fui incrédulo, pero quería saber que lo hacia tan interesante entre mis amigos y amigas. Y cuando encontré a Guisella en una sala, era la mujer mas sola del mundo. Siempre preguntaba por mis cosas, por mis aventuras nocturnas, por los viajes que había hecho. Casi nunca hablaba de ella, era un total secreto, solo me dio su apellido que sonaba muy extraño.

Eran las cuatro de la tarde y ella llegaba por la gran avenida, estaba muy bella, tenia un pantalón azul, una camisa crema y un bolso elegante. La invite a beber un jugo y caminamos por la playa, nuestra charla era muy interesante, sobre todo por parte de ella. Me hablaba de lugares, de personajes que conocía, parecía una mujer con muchos contactos, de clase alta. Lucia mucho mayor que yo, por eso que cuando pasaba algún auto, el chófer me gritaba "gigolo!!". Nos sentamos en el parque Maria Reiche de Miraflores que esta frente al mar. Nos dijimos muchas cosas, me dijo que yo era especial, que esperaba que la tarde nunca terminara. Nos besamos mientras el sol se ponía naranja. Pero la tarde terminó y al caer la noche tomo un taxi y se marcho.

A la mañana siguiente la llame, y su numero ya no existía, Solo un mensaje en el correo que me decía: "Me salio algo improvisto, debo viajar a Canadá y me quedare ahí mucho tiempo. Eres lo mas lindo que me ha pasado en la vida. Siempre te recordare."

No entendía nada, no le creí una sola palabra. Empece a buscarla en los lugares que me decía frecuentar, en las calles en que habia estado, nadie me dio razón de ella, era como un fantasma. Habíamos hablado durante dos años y el día que decide aparecer en mi vida, también fue el ultimo.

Siempre quise entenderla, pero por mas historias que le inventaba, ninguna me parecía tan apropiada. Hasta que un día vi su foto en un periódico local. En una ceremonia de inauguración de un proyecto del gobierno, llena de congresistas y ministros, estaba ella, junto a un personaje con el mismo apellido extraño que todavía recuerdo.

He ido a ese parque tantas veces, algunas solo y otras acompañado, pensando que quizás ella pueda aparecer y decirme algo que pueda calmar su ausencia. Con los años uno aprende y sabe que hay mujeres que no se pueden tener. Supongo que ella también se acuerda de mi, cuando los silencios llegan, cuando la soledad la cobije y la atrape como cuando la conocí. Donde quiera que estés... procura ser feliz.

sábado, 25 de junio de 2011

LAS MUJERES QUE PERDI


Conocí a Cecilia porque era la ex novia de un amigo, una noche vino a mi trabajo y le pedí su correo, luego hablamos un par de veces y empezamos a subir el tono de nuestras charlas, era obvio que había un gusto. Yo no dude en tentarla apenas pude, le pedí encontrarnos, compartir unos tragos y caminar un poco. Ella acepto. En el lenguaje de los jóvenes de hoy en día, eso es aceptar irse a la cama contigo. Yo soy muy incrédulo para la moda juvenil, sin embargo luego de cuatro tragos y luego de caminar un poco, ella acepto irse a la cama conmigo. Fuimos amantes por cuatro meses, nunca nos dimos explicaciones, nunca preguntamos que eramos. Pero un dia ella me mando un mensaje al celular: "Nuestros encuentros deben terminar, alguien muy importante volvió a mi vida". Acepte la derrota como un caballero, no pregunte nada, no daba al caso. Lo nuestro era una relación sin condiciones. Aun tengo su numero. Hace poco le mandé un mensaje y me respondió con un frío: "disculpa con quien tengo el gusto?"

Conocí a Monica hace varios meses. era una loca de atar, ocho años mayor que yo, de un pasado bastante interesante y muchas historias que contar. Y literalmente las contaba en un blog como lo hago yo. Una noche me invito a su departamento y para mi fantasía note que convivía con once vibradores de distinto tamaño y color para su satisfacción. Nunca hubo mentiras entre nosotros, casi nunca. Fuimos muy honestos, sabíamos lo que eramos y que en algún momento terminaría, aunque por instantes nos ganaba el corazón e imaginábamos que lo nuestro tenia futuro, que dos personas tan echadas a perder podían llegar a ser felices juntas. La pase muy bien con ella, la llegue a querer mucho mas de lo que imaginó, pero nunca se lo dije. Una noche desapareció cansada de mis silencios y cuando volvió tiempo después me dijo que tenia novia (si, novia. Con tetas, culo y todo eso), que se estaba enamorando y que empezó a vivir con ella en su departamento. Al principio me dio rabia, pero acepté la derrota, al menos no me la quito un hombre pensé (es difícil competir con una mujer y su consolador, nunca se cansan). Dejamos de hablarnos por un tiempo, solo el tiempo dirá si le ira bien con su nuevo "amigo" lesbiana. Y yo siempre estaré para ella cuando lo disponga, porque sé que nadie la vera con los mismos ojos que yo.

Flor es mi amiga de muchos años, pero desde que me confesó que no tenia sexo hace tres años me entro la curiosidad y las ganas de estar con ella. Me preguntaba como seria acostarse con una mujer que no tiene sexo en años, como explotaría sobre un cuerpo caliente. La invite al cine, a comer, incluso a caminar por la playa, pero nunca encontré la manera de decirle que se vaya a la cama conmigo. Por alguna razón soy algo torpe con determinadas personas. Ella dice que nuestra amistad se iría a la mierda si nos acostamos. Yo pienso que un buen polvo bien valdría la pena. Porque cuando eres amigo de alguien, es inevitable perdonar algunos defectos y que algún dia aceptaríamos que nos acostamos por mero placer. Hoy me llamo al celular y me contó que un ex novio llega a la ciudad la próxima semana y que quiere verla. Han pactado una cita y ella esta ansiosa de verlo y que podría perder su "segunda virginidad" con él. Le di ánimos, porque eso hacen los amigos, aunque mi pene me haya estado maldiciendo dentro del pantalón.

Vanesa, la insuperable Vanesa, ya tiene como tres años siendo mi "amiga cariñosa". Nos veíamos cada mes sin excepciones y compartíamos el mismo hotel que queda a cinco calles de su casa. Una vez me confesó que no importa con quien este o si alguna vez se case, que siempre tendrá tiempo para un encuentro conmigo, y siempre en el mismo hotel. Pero hace mucho que deje de creer en las promesas de las mujeres. Hace una semana me escribió un correo, diciéndome que que tenia novio, que la quiere mucho y que la cuida como nadie en el mundo. Que algunas veces me extraña, y espera en algún momento tener tiempo para escaparse y llamarme. Por el momento el novio esta pegado a ella, pero que es una fiebre que le da a todos los primeros meses. Solo era cuestión de esperar. Pero yo no soy un tipo paciente, tengo muy pocas virtudes y la paciencia no esta en esa corta lista.

Es de noche, y me encuentro sentado en mi habitación haciendo memoria en lo mal que me ha ido en estas semanas. Son solo malas rachas pienso, ya vendrán tiempos mejores. Me quede sin amantes, se esfumaron mis musas y mi entrepierna parece un funeral. No las puedo ganar todas, soy solo un aprendiz de lobo, un lobito feroz que a veces recuerda que tiene corazón. Y esta noche las extrañe a todas. Que puedo hacer... es mi naturaleza.

domingo, 12 de junio de 2011

HUBO ALGUNA VEZ...


Recuerdo que alguna vez tuve amigos, amigos inseparables, de esos que se juran dar la vida entre copas (siempre entre copas). Recuerdo una calle, una esquina, una esquina intransitable, recuerdo un bar de mala muerte, ebrios en todas partes, mujerzuelas a pedir de boca. Como se puede ser feliz con tan poco y en tan poco tiempo. Aquellas noches duraban enteras, solo la llegada del amanecer podían sacarnos del bar, podía quitarnos los antifaces para decirnos que apenas somos seres humanos, que necesitamos dormir para seguir respirando.

Recuerdo una mesa llena de alcohol, música a todo volumen, recuerdo confesiones no pactadas, secretos tardíos, risas explosivas entre gritos y locura. Recuerdo excesos en los baños, orgías furtivas, traiciones al noveno mandamiento que jamas serán dichos. Recuerdo que eramos amigos, que nos sentíamos indestructibles, eternos al pasar del tiempo. Que cada mes o tres meses acordaríamos un reencuentro, donde la vida haría una pausa, para soltar nuestros miedos, nuestras debilidades mas profundas, nuestros instintos mas animales. Recuerdo salir gateando de esos bares, buscando pleitos, destruyendo paisajes, ponerse de pie frente a la casa del presidente y gritarle "ladron!!" hasta despertarlo. Nos creíamos dueños del mundo, de ese mundo que inventamos con fuertes dosis de alcohol y valentía (y también algo de estupidez).

Recuerdo nombres, lugares, detalles de cada noche en que el diablo asomaba, se sentaba cerca y pedía otra ronda. Recuerdo tantas cosas esta noche, porque ahora solo me llegan recuerdos. Aquellos amigos se marcharon un día, porque hasta las promesas mas grandes pueden ser incumplidas. La vida continua, después de todo, uno siempre termina mirando hacia otro lado y sigue su rumbo. Mientras unos buscan tener una posición, otros quieren salir del hoyo, y los mas normales piensan en casarse y criar a sus hijos. Yo preferí quedarme en este lugar que ellos prefirieron dejar. Y mientras la noche hace su trabajo, el alcohol provoca sus espasmos, yo me dedique a escribir sobre lo que le hace el exceso a la memoria. Contando que hubo una vez unos dementes a quienes la vida les dio la espalda, y en señal de rebeldía... le pellizcamos el culo.

domingo, 15 de mayo de 2011

FUERA DE FORMA


Cuando alguien te gusta mucho puedes hacer lo que sea con tal de cumplir tu cometido. No importa lo difícil que parezca, lo ridículo que puedas llegar a sentirte o lo arriesgado que puede ser para tu salud esa travesía. Somos cazadores, depredadores de carne humana, sicarios sexuales, dispuestos a cumplir una misión o morir en el intento.

Conocí a Celia hace dos años, nuestras vidas coincidieron una noche de Agosto, cuando llego a mi trabajo preguntando una dirección. Yo muy amable me ofrecí a acompañarla hasta la calle donde tenía que llegar, antes de despedirme le pedí su número y ella me lo dio de buena gana. La llame dos veces aquella semana, dos más la semana siguiente y cuatro veces a la tercera semana hasta que aceptó salir conmigo. Pero antes había una condición para que la cita se concretara: ella iba a elegir el día y el lugar.

Yo no le corro a los retos, así que acepte la propuesta, yo tenía que quemar todos mis cartuchos, yo quería salir con ella, quería tenerla en mis brazos, tocarla, hacerla mía, disfrutar todo lo que ella pueda darme entre cuatro paredes. Es por eso que no me importó que ella haya elegido el campo para nuestro encuentro, la naturaleza, los caminos largos, los ríos caudalosos, era todo un reto.

La espere en el paradero de los buses que nos llevan fuera de Lima, tenia una ropa deportiva, pero se veía igual de linda, su andar provocaba tantas cosas que estuve a punto de besarla ahí mismo, antes de subir al bus. Llegamos a un pueblo llamado Chosica, Celia me llevo por un camino pedregoso, empezó la travesía que nunca imagine que terminaría arrepintiéndome. Fueron caminos tortuosos, subimos varias montañas, trepamos a los arboles, improvisamos rutas saltando cercas, invadiendo cultivos, hundiéndonos en el fango, enredándonos entre las plantaciones de frutas y verduras. Jamás imagine que iba a tener una cita con la hermanita de Tarzan. Mi cuerpo amorfo, sin ninguna pizca de musculo, consumido por los años y las trasnochadas, no pudo resistir, juro que entre tanto sudor deje caer alguna lágrima, era el grito de auxilio que nadie pudo escuchar. No estaba listo para tamaño trajín, me sentí viejo, inútil, casi impotente. Deseando que ya nada pueda surgir, porque después de tanto desgaste físico, era casi nulo lo que podamos hacer sobre una cama. Podría ser el más grande ridículo de mi vida.

Pero yo soy un cazador, un depredador por naturaleza, así que inconscientemente, casi por reflejo o por instinto, la mire a los ojos, la tome de la mano y le dije: “Me gustas tanto, que quisiera besarte aquí mismo”. Ella soltó una sonrisa, mientras yo me acercaba a sus labios. Pero estando a unos centímetros de cumplir mi cometido, Celia soltó su veredicto: “Creo que estamos yendo muy rápido. Tendríamos que conocernos un poco más. Tener más salidas como esta”. Mas Salidas de campo !!, mas montañas por escalar, mas arboles por trepar, eso era el infierno.

Y eso fue todo. Me baje del bus cuatro paraderos después, tire al tacho su número telefónico, maldije a aquella muchacha fanática del sudor, maldije mi pobre estado físico, mis pocas ganas de meterme a un gimnasio. Llegando a mi habitación, exhausto, casi a un paso de caer rendido, me puse a escribir esta historia que mas que avergonzarme, me deja entender que no se puede obtener todo lo que uno desea, que hay cosas que van mas allá de lo humanamente posible. Y también entendí que no siempre los lobos somos grandes cazadores… sino que hay ovejitas más rápidas que nosotros. Gajes del oficio.

domingo, 24 de abril de 2011

ALTA FIDELIDAD


Tenia veintidós años. Era sábado por la noche y quise salir solo, le dije a mi novia que me quedaría en casa viendo televisión, y por alguna extraña razón ella me creyó. Termine en el departamento de mi amigo Carlos, con unos tipos que también buscaban distracción. Y como por esas cosas que hace el destino, unas amigas de Carlos llamaron y quedaron en encontrarse pasada la medianoche. Eramos cuatro tipos y tres chicas, muy bellas por cierto, sobre todo Claudia, una estudiante de la Universidad Villarreal, algo seria para su edad y muy pegada a la letra con sus ideas.

Claudia tenia novio y al parecer lo quería mucho, sus palabras solían ser leyes solidas de una mujer moderna: "Pienso que la base de toda relación es la confianza, mi novio sabe perfectamente con quien salgo y no se preocupa, yo nunca le daré motivos ni el tiene por que hacerse ideas. Cuando el amor es fuerte, lo demás son niñerías" decía. Mientras la escuchaba, podía lamentarme y me preguntaba: como una chica tan linda puede ser tan fiel?, es un total desperdicio para los lobos. Ella seguía predicando su filosofía tan firme: "La desconfianza no existe en nuestra relación, ambos sabemos lo que queremos y a donde vamos. El amor es nuestro decálogo, la rectitud nuestro camino, el sabe todo de mi y yo se todo de él, los secretos son para la gente hipócrita, los que no saben llevar una relación y mantenerla como debe de ser". Todos la miraban complacidos, como dándole la razón en todo, como queriendo ser como ella, envidiando su sentido común. Eran las tres de la mañana y solo había una figura que resplandecía en la noche, era la bella Claudia, la mujer incorruptible al pecado.

A mi amigo Carlos ya le estaba cayendo mal aquella chica de ojos claros, decía que es mejor desconfiar de las mujeres que hablan demasiado (me pregunto si hay de las otras). Ella seguía afirmando: "Las parejas necesitan su propio espacio, un tiempo para desenvolverse a su complacencia, estar enamorado no significa ser esclavo de nadie, ni estar atado a la decisión de la otra persona. El amor en libertad es la mejor forma de aprender y crecer. Mi novio lo sabe y yo también"
Yo no le hacia caso, deje de escucharla y me dedique a beber y contar chistes, platicar de lo que no fui, de lo que no me gusta y de lo que nunca llegare a ser. Mentía a mis anchas, inventaba lugares, personajes y terminaba cada comentario con la frase: "Es la purititita verdad". Pensé que dos podíamos jugar el mismo juego. Eran las cuatro de la mañana y lo mejor de la noche era le alcohol, no nuestras historias.

Amaneció sin darme cuenta, tenia un enorme dolor de cabeza, la habitación no me era familiar, seguía en el departamento de Carlos, con los pantalones en el piso y el cuerpo desnudo de Claudia junto a mi. sus ojos claros empezaron a abrirse, empezó a acariciarme el vientre, mirarme con una mirada distinta a la tipa antipática que hablaba hace unas horas. Solo atine a decirle: "creo que es tiempo de aprender a guardar secretos". Claudia empezó a caerme bien, pero no lo suficiente como para darle mi numero verdadero. Yo tenia una novia y lo importante es no dejar rastro alguno. Me vestí y salí de la habitación tocándome la cabeza que no paraba de dolerme.

Quiero llamar a mi chica, son las siete de la mañana y quiero que mi voz sea lo primero que escuche este domingo radiante. Pero al oír su voz, no me suena a una voz que acaba de despertar, a mi no me engaña. Apostaría a que ella también se desveló anoche. Le pregunte si había salido a algún lado, pero me respondió que se había quedado en casa viendo televisión. Le dije que me sonaba extraño. Y ella muy molesta me dice: "oye que te pasa. Acaso no sabes que la confianza es la base de toda relación?". No pude darle mas argumentos, me quede callado, pero pensando que tal vez este dolor de cabeza no sea producto de le resaca.

domingo, 17 de abril de 2011

LOS SILENCIOS


Conocí a Elena en una reunión de amigos, donde los tragos siempre abundan, la música a todo volumen y los bailes exagerados. No teníamos casi nada en común, quizás solo que ambos pertenecemos a la especie humana (lo cual no podria confirmarse en mi caso). La madrugada llego y le propuse acompañarla a su casa, al final nos desviamos y terminamos en la habitación de un hotel con televisión a colores, una mesa y dos sillas. Hicimos el amor como solo dos ebrios lo pueden hacer, con mucha torpeza y grandes dosis de calentura. Al final, un enorme silencio invadió el cuarto, parecíamos dos desconocidos que se toparon por error, algo que no estaba tan alejado de la realidad. Al final ella empezó a jugar con su celular mientras yo encendía el televisor para ver pasar la noche.

En que momento los silencios en la cama son como bombas de tiempo, que destruyen toda perspectiva de futuro, toda posibilidad de hacer puentes que logren ocupar ese espacio vació, al cual no es tan fácil acostumbrarse. Nacimos para encontrarnos, pero la regla dice que debemos encontrarnos con muchas personas para al final saber elegir, pero nunca aprendemos a elegir. Y eso que importa, si de errores esta hecho el mundo. Nos esperan muchos silencios en la cama hasta que alguien pueda llegar a llenarnos el alma. Aquella noche lo pensé así, por eso tome mi ropa, apague el televisor y me marche antes que amaneciera.

Camine muchas calles, me ladraron muchos perros y hasta creo haberme quedado dormido en la banca de un parque antes de llegar a mi casa. El alcohol hace tragedias con la memoria, te inventa una personalidad que nunca existe, pero también se lleva algo de tu existencia cuando los efectos secundarios saltan a la luz. Tengo el teléfono de Elena en mi bolsillo izquierdo, dos condones en el derecho y tres billetes en la cartera, listos para quemarse el próximo fin de semana, con otro nombre, otro cuerpo desnudo... otro silencio bajo sabanas.

domingo, 10 de abril de 2011

LAS MUJERES SON DE VENUS ?


La conocí de pura coincidencia, como suceden las cosas más importantes en la vida, por puras cuestiones del azar. Mientras buscaba algunas fotos fogosas para colgarlas en mi blog, me tope con ella y me gusto su simpleza, su acento medio extranjero, su forma de decir las cosas, me gusto su cabello pelirrojo, su silueta que poco a poco desaparecía mi sombra, pero sobre todo me gusto su buen gusto por la pornografía.

No sé si está bien decirlo, pero no está en mis planes ser un tipo decente. Ser decente me aburre, me aturde, me vuelve más idiota. Cuando dejo de lado las reglas, suelo respirar tranquilo, sin miedo a ahogarme en mi propia saliva. Aquella chica tan linda, tenía algunos años más que yo, mucha más experiencia y sobre todo, un gran corazón de cinco estrellas. Me contaba que había estado en lugares inimaginables, con personas muy interesantes y que en la cama había hecho posiciones nuevas aun no patentadas. Pero lo que hizo que me enganchara de manera brutal, fue cuando me dijo: “tengo tres consoladores y un vibrador en mi departamento”, no dude en tomarla y responderle con media sonrisa: “vamos a que me presentes a tus amigos”.

No había conocido a ninguna mujer que le guste tanto el sexo, imaginarlo, inventarlo, escribirlo, mirarlo y sobre todo, hacerlo. Discutíamos quien era mejor actor porno, si Rocco o Nacho Vidal, quien tenias los pechos mas deliciosos, si Scarlett Johansson o Megan Fox. Hablamos de fantasías sexuales y por momentos mientras la escuchaba me temblaban las piernas, no había duda, es la mujer que andaba buscando. A ella le gusta mi cabello, mis manos, el color de mi piel que hace juego con su piel, le gustan mis ojos negros, mis hombros medio firmes y no tan varoniles, me dice que tenemos toda la vida para ir conociéndonos, cambiando de pelaje y madurar también. No sé a dónde iremos a parar, tal vez esta solo sea una estación en nuestras vidas, que pronto tendremos que seguir el viaje, perdernos y olvidarnos, pero por ahora me quiero quedar con ella. Y no hay lugar a donde quiera sin su compañía. Dicen que los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus, pero no es una ley universal, en Marte también pueden existir mujeres, sino no me explico tanta similitud con esta diablita que no deja de calentarme cada vez que la tengo cerca.

No somos perfectos, pero yo le gusto tanto que dice que soy el mejor. Supongo que el amor es así, que cuando una mujer está enamorada nos convertimos en Superman, y si un día pasa frente a sus ojos, un tipo con capa roja, traje azul y hombros de acero, ellas solo ven a Clark Kent. Ella es solo mía, por el tiempo que me lo permita, sé que un día se marchara, dejara mi cama oliendo a su perfume y no regresara. Pero la vida es presente, y hoy me toca disfrutarla, enseñarle a vivir cada minuto como si fuese el ultimo. Por eso estoy aquí, sonriendo mientras escribo estas líneas. Ella es mi presente, mi musa pasajera, mi destructora de rutinas… mi marcianita.

domingo, 20 de marzo de 2011

TAN DISTINTOS


Conocí a Cecilia por cuestiones de trabajo, mientras esperaba a su jefe le hice conversación y termine pidiéndole su numero telefónico, tarde mucho en llamarla, pero al fin me anime y valió la pena. A la tercera noche que salimos terminamos en un hotel a dos calles de su casa. Cecilia nunca me presento a su familia, ni hacia falta que lo haga (soy alérgico a esas ceremonias de sociabilidad), lo importante era tenernos, mover nuestros cuerpos en cualquier hotel, sobre cualquier cama, menos las nuestras. Lo curioso y lamentable vino después, cuando mirábamos nuestros cuerpos desnudos en el espejo del techo, ella apoyándose en mi pecho me preguntó: "Y que planes tiene para el futuro?".

Es la pregunta que siempre odio escuchar, no porque suene muy existencialista o fuera de contexto, sino porque por mas que lo intento, por mas que mi vida haya dado vuelcos en estos últimos años, aun no consigo tener una respuesta para esa interrogante. He intentado fabricarme un futuro basado en la mentira, inventarme una historia de lo que puedo ser. Fue mi salida de emergencia, porque cabía la posibilidad de que ellas me lo pregunten antes irnos a la cama. Y si les daba una respuesta en blanco, lo mas probable sería que en estos últimos siete años sea el hombre que menos sexo ha tenido (digno de publicarlo en los Guinness).

La mentira sonaba así: "Pienso terminar mis estudios, luego trabajar duro para juntar dinero y construir mi propia empresa en el rubro que mas me gusta, luego de eso pensar en formar una familia muy solida". Sonaba bien, como de chico responsable, seguramente muchas mujeres han oído el mismo cuento, espero no ser un infidente, pero casi todos lo dicen mecánicamente. Podría eso ser algo muy cruel, muy desalmado, pero pienso que mas cruel es no tener sexo por largas temporadas. Ademas, los hombres somos crueles por naturaleza.

Pero los años pasaron. Deje de ser un jovencito de veinte y cuando aparentaba mas edad, ya mi historia no sonaba tan especial. Mi vida fue tomando muchos rumbos, cada uno con sus momentos felices pero también duros, pero para eso somos hombres, para pisar fuerte y no caernos por cualquier bobería. Alguna experiencia tengo, alguna historia me queda por contar, pero lo mas triste y curioso, es que a pesar de los años vividos, todavía no tengo idea de lo que sera de mi en el futuro. Aun no se que decir cuando me hacen esta pregunta que siempre caía de madura, como me veo en el futuro, que planes tengo para mi vida.

No pude decirle nada a Cecilia, porque la verdad al final es nada, "No pienso en el futuro, no tengo idea de lo que será de mi después de salir de este hotel, el único plan que tengo es ahorrar un dinero en el banco cada mes y dentro de cuatro años comprar un seguro de vida y uno contra el cáncer". Ella no dijo mucho, parecía no entender, solo me abrazo y dejo que yo le preguntara. Su vida no era como la mía, eramos tan distintos, ella si sabia que hacer, a donde ir y donde detenerse. Sentí algo de envida sobre esa mujer que quizás no vuelva a llamarme, ni intente algo mas conmigo. Pero es el precio que hay que pagar por ser como uno es. Yo todavía espero que el futuro llegue con respuestas.

sábado, 12 de marzo de 2011

PLAN MAESTRO

El plan era perfecto, mi plan siempre ha sido el mismo: mentir, blofear, darles por su lado, cogérmelas y luego salir huyendo. No me aprendí otro libreto, no sabría como empezar de nuevo, nunca fui bueno para memorizar. Generalmente les daba un nombre falso o un número telefónico falso (le cambiaba los dos últimos dígitos a propósito), así no puedan dar conmigo. Hasta el momento ha dado buenos resultados, no tengo cargo de conciencia porque jamás dije más de lo que podría sostener. No soy un chico que cumple sus promesas, es por eso que no ofrezco ninguna.

Cuando conocí a Celine fue pura casualidad, un amigo nos presentó, intercambiamos correos electrónicos y dejamos de vernos durante varias semanas, una noche la encontré en línea, la salude y empezó la conversación. Parecía que tuvo un mal día, se sentía como resignada a su suerte, a los tropiezos, me dijo que necesitaba una puerta de escape, y yo le abrí una ventana. La invite a salir, tomar un pisco sour, caminar por la Plaza Mayor, sentarnos frente a la catedral y escuchar sus problemas. Aquella noche no salimos del bar hasta muy tarde, no hubo paseos por la plaza ni charlas en la catedral, mientras me miraba tan atenta, cuando le contaba de mis viajes y desventuras, le confesé que no me había sentido tan a gusto en mucho tiempo, le confesé que me acelera el corazón tenerla tan cerca, que me pongo nervioso si me mira de esa manera, le confesé que me gusta, que se quede conmigo esta noche y la besé. Mientras sentía sus labios sobre los míos, moviendo su lengua con sabiduría, me decía a mi mismo: “eres el mejor de los mentirosos”.

Entramos a un hotel después de medianoche, en una habitación de luces rojas, le hice el amor de muchas formas, y ella se adueño de mi cuerpo de otras tantas. Lo puedo jurar, pocas veces había visto gozar a una mujer sobre una cama, entre sus manos sentía que el mundo podía terminarse mañana, ella me acariciaba como si no existiese un futuro. Eran casi las seis, la vi vestirse y salir por la puerta, no tenía fuerzas para sentarme en la ventana a mirar cómo se marchaba. Solo me quede con un pedazo de papel con su número telefónico escrito, pensando en volver a verla la próxima semana, repetir nuestros encuentros cada vez que ella lo desee.

Es viernes y rebusco entre mis papeles el número telefónico de Celine, pienso en llamarla, invitarla al cine, caminar por la alameda de Chabuca Granda y sentarnos a oír música de la buena. Alguien me contesta el celular, es un tal Leonardo, con voz de viejo cascarrabias, de una ciudad muy lejana a la mía. Joder, me dieron un número falso.

No suena tan gracioso si uno llega a ser la víctima. Me preguntaba si al encontrarse dos mentirosos, porque no decirse la verdad?. Si dos planes perfectos llegaran a cruzarse, no se espera que todo resulte a pedir de boca?. Es fin de semana y me encuentro solo en mi habitación, sin planes ni cosas por hacer, mi celular ha dejado de sonar hace varios días, mi agenda luce vacía desde que dedico mi tiempo al trabajo. Estoy pensando en cambiar mi plan maestro, estoy pensando en inventar nuevas mentiras, estoy pensando en llamar al viejo Leonardo y preguntarle si conoce a algunas amigas para salir en grupo.

domingo, 6 de marzo de 2011

LOS AMIGOS QUE PERDI


Estábamos tan ebrios en su despedida de soltero. Dentro de una semana iba a casarse. Cesar, uno de mis mejores amigos, se sentó en la esquina de nuestra calle, lleno de alcohol pero con un tono sentimental, muy sincero y asustado me dijo: "No se lo que estoy haciendo, no me quiero casar". Lo pude entender muy en el fondo, nunca estamos listos para tomar grandes decisiones, generalmente son ellas las que no toman a nosotros por sorpresa. A la semana siguiente mi amigo se casó, tiempo después se fue a Italia para no verlo mas. No pude despedirme, porque pienso que los amigos nunca se van, algo de ellos permanece en las cosas que hacemos, en las pequeñas rutinas que complementan nuestras vidas. Sospecho que no volveré a encontrarmelo, hace poco vi una foto suya en el facebook con su primera hija. Me alegra mucho saber que uno de los dos al fin pudo hacer algo bueno con su vida.

Conocí a Edgardo en mi salón de clases, lo hacíamos todo juntos, embriagarnos en la calle, atacar los bares, buscar putas en la gran avenida. Hasta que un día él se enamoró de alguien y yo seguí mi vida desenfrenada, lo deje en el camino pero de vez en cuando venia a visitarme. Una noche me dijo que había peleado con su novia, que ya estaba harto y que haria lo que sea por quitársela de encima. Días después ella me busco para pedirme consejos, estaba retraída, sensible, y yo me aproveche de eso y me acosté con ella. Pensé hacerle un favor a mi amigo, pero luego ellos se reconciliaron y desearon formar una familia. No tenia la hombría de mirarlo a los ojos, hice lo que me quedaba. Me aleje de su mundo, busque nuevos amigos, deseando que él pueda encontrar su felicidad, esa que para muchos nos es esquiva.

Hubo un tiempo en que yo era alguien, tenia muchas historias y hasta me pusieron un sobrenombre para hacerme conocido, Me invitaban a los cumpleaños, me ponian las copas, las mujeres y los vicios, yo no era uno mas del monton. Pero habia que pagar un precio muy alto, ser inteligente, gracioso y divertido todo el tiempo. Un dia me canse de ser el payaso, el bufon del grupo, y mis amigos fueron desapareciendo poco a poco. Solo me llegan saludos por navidad o por mi cumpleaños, ya no se toman la molestia de visitarme o invitarme los tragos. Me he quedado sin amigos y sin vicios.

Mientras escribo estas lineas puedo ver frente a mi un cumulo de soledad, un espacio vacio que no espera ser llenado con premura. Rebusco en mi memoria el momento exacto en que cambió mi vida, pero no hay momentos exactos. Andamos en constante metamorfosis, sometidos a la crueldad y al ritmo de lo que nos toca enfrentar, nos protegemos guardando silencios o dando la espalda a lo que no podemos vencer. Y el dia menos pensado nos damos cuenta que ya todos se han ido. Hoy mi espejo me dice que ya esta amaneciendo, pero ya no soy el mismo de ayer.

sábado, 19 de febrero de 2011

MEMORIAS I


Tenia dieciséis años y trabajaba en una panadería, tu llegaste un día y te sentaste en la mesa más cerca de la puerta, me pediste un café y una empanada. Tenias los ojos tristes como si la vida no te hubiese tratado bien, me miraste con ternura, preguntaste mi nombre mientras endulzabas tu bebida caliente. Yo solo respondía con frases cortas, a esa edad era más mucho más tímido que ahora, deseaba sentarme a tu lado y preguntarte de dónde vienes, a donde vas y que planeas hacer mañana, pero no hice nada de eso, solo reía nervioso y no te miraba de frente porque ibas a notar que me estaba ruborizando. Luego de algunas palabras cruzadas te fuiste, dejándome una sonrisa que me iba durar por muchos días.

Pero no paso mucho tiempo, porque tres días después volviste nuevamente a pedirme un yogurt y dos tostadas, tenías una falda corta y unos tacones altos, sabía que eras mayor que yo y eso me cohibía aun más. Pero tú siempre tenias pretextos para hablarme, me preguntabas que libro estaba leyendo, te dije que era “La importancia de vivir” de Lin Yutang, me decías para cuando pienso terminarlo y yo te dije “espero que nunca”. Es que me gustaba tanto ese libro que siempre regresaba hacia atrás y me envolvía bajo sus líneas llenas de sabiduría y profundidad, supongo que te parecí un nerd, un ratón de biblioteca que no sabe nada más que hacer con su tiempo, pero tu sonrisa nunca se apagaba, dios como me gustabas!! lo recuerdo. Mis días se iluminaban con la esperanza de tu llegada, servirte lo que me pidas, sentarme a tu lado y por fin preguntarte como te llamabas.

Ser tímido nunca ha sido beneficioso, es como ver una película y sentirse el héroe de la trama, pero cuando el televisor se apaga, sigues siendo Juan Pérez, un indocumentado más en el mundo. Ella vino muchas veces, siempre con las ganas de hablar conmigo, me contaba su jornada de trabajo, sus pocas alegrías y sus ganas de seguir en esta ruleta rusa que le llaman vida. Yo siempre lograba quitarle una sonrisa con mis bromas, es lo que mejor se hacer (y quizás sea lo único), le contaba de los otros libros que leía, de lo violenta que se ponen las calles después de las once, de mis clases de ebanistería en el taller de la escuela. Ya éramos casi como amigos, al menos para mí lo fuiste, quizás para ti solo era el “chico agradable” de la panadería. Pero nunca pude preguntarte como te llamabas, pensé que ya no daba al caso después de más de veinte charlas divertidas, podrías pensar que soy un idiota sin tino. Hasta que un día alguien te llamo desde la puerta “Isabel, nos vamos?”, era tu novio que venía a recogerte. Mientras él te abrazaba la cintura yo podía sentirme el hombre más solo del mundo, fue la primera vez que te despediste sin una sonrisa.

Estuve trabajando ocho meses en ese lugar, viendo como la vida transcurría frente a mis ojos, mientras yo leía un libro de Yutang que hablaba de cómo vivir. Suena irónico pero cada quien busca sus propios caminos. Aun la recuerdo llegar con su falda corta y sus tacones altos, recuerdo su sonrisa como si hubiera quedado tatuada en mi retina, pero las cosas que ella me decía, esas cosas ya no las recuerdo. Porque cuando el olvido cruza tu puerta, no pregunta ni pide permiso, solo se lleva su equipaje y cierra por fuera. El tiempo pasa como pasan las olas del mar, sin el menor murmullo de lo que lleva a su paso.

Ayer salí a recoger a mis sobrinos de su clase de natación y me encontré con Isabel, caminando de la mano de sus dos hijas, me preguntó cómo estaba yo, de donde venia y para donde iba, si ya había terminado de leer aquel libro viejo y si tenía planes a futuro. Le dije que me había vuelto un tío superhéroe, que no hay cosa que ellos me pidan y que yo no pueda hacer, que sigo teniendo aquel libro que aun no termino, y que la vida camina despacio en el presente, que no se que pasara mañana porque ya aprendí a vivir. Me dejo una sonrisa antes de marcharse. Quizás sea porque ya no tengo dieciséis o porque ya no soy el niño tímido que ella conoció, pero aquella sonrisa que se iba alejando poco a poco de mi vista…solo eran un par de labios que se despedían para siempre.

domingo, 6 de febrero de 2011

VIVA EL PISCO SOUR !!


Es sábado por la noche, en toda Lima se celebra “el día del pisco sour”, una dulce bebida aclamada por muchos, dándole esa especial propiedad de encender a las mujeres cuando lo prueban, se dice que una buena charla y dos copas de pisco sour son casi suficientes para tener una noche feliz. Mi celular suena, es mi amigo Cesar que me habla de un lugar muy conocido de la ciudad, donde se prueba el mejor pisco, se trata del Hotel Bolívar, yo le digo que es imposible que yo vaya con él un hotel a probar pisco, que si alguien nos ve no le haría bien a mi reputación, sobre todo por su aspecto de gay disimulado.

Cesar no es gay, solo lo aparenta involuntariamente, pero lo aparenta muy bien. La noche está empezando y mi amigo quiere pasarla a toda madre, acepto ir a “El Bolibarcito” a probar el pisco catedral, tan famoso en el lugar. Pero fuimos tan idiotas al pensar que se podría ir al lugar donde vende el pisco más rico, en el día más celebrado. Era una cola inmensa la que estaba en la puerta del hotel, esperando una mesa para degustar esa bebida. Dimos media vuelta a buscar otros lugares.

Entramos a beber unas cervezas a un night club, mientras veíamos desnudarse a siete chicas al ritmo de las baladas en ingles, me preguntaba si el alcohol deja suceder las cosas, si el amor podría asomarse en ese pequeño mundo, donde todo tiene un precio. Con los años ves tantos cuerpos desnudos que luego ya solo lo ves como un detalle de la escena, como algo que tiene que ocurrir de prisa, saltearse los pasos y a veces hasta las palabras. Salimos del lugar y mi amigo Cesar me confiesa que hace tres meses que no hace el amor con su novia, que se lo ha pedido de muchas formas y ella no acepta debido a su religión, ha jurado no acostarse más con él hasta la luna de miel. Lo más triste del asunto, es que Cesar no tiene planeado casarse por mucho tiempo. Entonces me ha pedido que lo acompañe a una calle donde las mujeres ofrecen su cuerpo, pero tiene una condición extraña en su pedido, dice que quiere tanto a su novia que buscará a una mujer muy parecida a ella, para no sentir tanta culpa.

La travesía comienza, recorrimos varias calles pero no le gustaba ninguna, a una le faltaba el cabello rizado, a otra el cuerpo delgado y a otra el color de piel morena, siempre terminaba soltando la frase “ella no se parece en nada a mi novia”. La lima putañera estaba en su mejor esplendor pero mi querido amigo no encontraba a la mujer que consuele su desdicha. Yo lo único que quería era probar un buen pisco sour, le pido buscar un bar donde comprar uno, nos sentamos en una mesa y pedimos dos copas. La mesera que nos atendió era muy guapa, le dije que le pida el número telefónico y que intente algo, pero el seguía diciendo: “ella no se parece a mi novia”. En la mesa de al lado estaban tres chicas bebiendo lo mismo, yo quise acercarme a pedirles compartir la mesa, pero Cesar me detuvo diciéndome: “Ninguna de ellas se parece a mi novia”. Entendí que era una misión difícil, Cesar no estaba listo para las aventuras, y me alegro por él.

Salimos del bar, pasamos por la misma calle donde abundaban las meretrices, el aire tenía un aroma a pecado, a infierno, no podía encontrar mejor lugar para trasnochar. Pare un taxi que nos llevara a casa, antes de cerrar las puertas veo salir del hotel a una mujer con un tipo mayor, calvo y con traje oscuro, “Oye Cesar, ella si se parece a tu novia”. Mi amigo no le quitaba la mirada, estaba muy lejos, muy oscuro, pero igual pego un grito: “La concha de la lora, creo que ella es mi novia!!”. Yo cerré la puerta y pedí al taxista que arranque el auto mientras me moría de la risa. Las cosas suceden aunque uno no las pida, el silencio solo es un espectador y nosotros los mejores actores. Mientras Cesar marcaba como loco al celular de su novia para sacarse la duda, yo pensaba en lo pequeño que puede ser el mundo a veces, en lo difícil que puede ser dar los siguientes pasos, en las cosas que uno deja de ver por andar de prisa, y también en las locuras que uno puede imaginar con solos dos pisco sour en la sangre.

Feliz Dia del Pisco Sour

sábado, 29 de enero de 2011

VUELTAS DE CAMPANA

Recuerdo cuando tenía diecinueve años, estaba preparándome para dar mi examen de admisión a una escuela técnica, obligado por mis padres he pasado dos meses enteros estudiando como un desquiciado, aunque sea difícil de creer, me sabía casi todos los temas, eran libros enteros los que releía con mucho ahincó. Ese fin de semana tuve una gran recompensa, pues en pleno examen dos tipos bien vestidos me pidieron el favor de soplarle algunas respuestas, eran unos tipos algo mayores y de aspecto solvente, me pase la hora pasándole las soluciones sin que los supervisores me pillen, solamente por la gran sensación de sentirme solidario.

Luego de terminar mi examen, aquellos chicos me invitaron el almuerzo y también unas bebidas, prometiéndome que si ingresaban a dicha escuela me iban a premiar de manera generosa. Aquella tarde cuando fui a ver las notas finales, pude ver mi nombre en el primer lugar (me han dicho que no soy un chico tonto, sino solo distraído), para mi buena suerte, aquellos tipos también habían ingresado, así que la celebración no se hizo esperar. Llamaron a unas amigas del trabajo y tomamos un taxi hacia un bar conocido del centro de Lima. Luego de embriagarnos con las féminas uno de ellos nos invito a su casa, donde seguimos la juerga hasta caer rendidos o hasta terminar cogiéndonos a alguna chica y pasar la fiesta en un hotel, lo que inevitablemente ocurrió conmigo.

Ella se llamaba Isabel, era tres años mayor, pero nunca se lo hice notar, todo corría a mi favor mientras hacia el papel de chico educado, bien formado, estudioso y con metas por delante. Por alguna razón a las mujeres les fascinan los tipos así, como si en cada fiesta esperan encontrar al amor de su vida. Acaso de vez en cuando no les hace bien cogerse a un hombre sin vocación? Sin ganas de ver el futuro ni planes de hacerse viejo con una buena jubilación?. Yo jamás he llegado a un lugar esperando encontrar a la mujer más buena del mundo, incluso debo confesar que las mujeres buenas me aburren, detesto hablar del futuro y de la vida de los demás. Quizás llevo el rumbo equivocado, pero hasta hoy no he aprendido nuevas rutas.

Los años pasaron y yo dejé aquella escuela sin terminar la carrera, no era lo que yo buscaba. Me pelee con mis padres y no pude despedirme de mis amigos, solo salí huyendo sin permiso para no regresar. He querido buscar mi destino en el presente, intentando encontrar ideas coherentes que me ayuden a seguir, pero a veces no tener un patrón definido te enseña a vivir. No siempre te haces un experto haciendo siempre lo correcto, en los errores también puedes hallar pequeñas dosis de sabiduría. Dicen que aquel que no ha caído, nunca sabrá como levantarse. Hoy siento que mi vida ha sido una constante vuelta de campana.

sábado, 22 de enero de 2011

FELIZ CUMPLEAÑOS A MI


Es la semana de mi cumpleaños y he recibido muchos saludos, tarjetas postales, comentarios en el facebook, buenos deseos, invitaciones a comer y beber, no me puedo quejar, ha sido una gran semana, pero esta aun no terminaba.

Los amigos me buscaban para irnos a beber, mi celular ha sonado toda la semana con distintas propuestas, he ido a trabajar varios días con tan solo tres horas de haber dormido, me cite con una ex amante en un centro comercial donde me invito a cenar y se alegro de verme después de mucho tiempo, no nos acostamos aquella noche, pero acordamos hacer un segundo encuentro, con las consecuencias que eso podría tener. Pero lo mejor aun estaba por venir.

Mi amigo James me llama al celular, también mi amigo Luis. Nos encontramos los tres en el bar La Calera de Los Olivos, pedimos unas cervezas y empezamos la charla. James me confiesa que acaba de abrir un negocio propio, un burdel a quince cuadras de su casa, nadie de su familia sabe que el burdel es suyo, y el desea que ese secreto permanezca oculto. Hacemos un brindis por la nueva empresa de aquel camarada que siempre tuvo suerte con las mujeres, este paso se veía venir, no esperaba menos de él. Pero no todo queda ahí, James mete dos paquetes de preservativos en mi bolsillo y me dice que por ser mi cumpleaños, esa noche se ofrece a llevarme a su burdel y ser el gran anfitrión que nunca olvidaré. No lo pensé mucho, salimos del bar y tomamos un taxi rumbo hacia aquel lugar que dice es lo mas parecido al paraíso.

Al llegar pudimos ver un camión de patrulla en la puerta, Luis y yo pensamos que ya le cayo la mancada, que no tardaría mucho en llegar los canales de televisión y en la celebración de cumpleaños iba a aparecer en algún noticiero nocturno, mi madre iba a verme rodeado de putas y policías en su televisor, pensé lo peor. Pero todo fue solo un susto, mi amigo James decía que aquel oficial era un buen cliente, que venia cada semana para gozar de ciertos beneficios a cambio de “cuidar la zona”. El lugar era muy cómodo, amplio y acogedor, mujeres hermosas, buena música, una piscina cerca de la barra, una pista para el baile, un bar donde abundan los tragos exóticos, mi sueño ideal era combinar todo eso en una sola noche.

Amanecía y yo aun tengo aquella imagen guardara en mi mente, tanto alcohol, tantas mujeres, la música a todo volumen y las risas que llegaban de todos lados. James prometió celebrar su cumpleaños en aquel lugar, ya tenia el plan hecho, seria a puertas cerradas, solo los amigos mas íntimos (yo estaba en esa lista), cerveza y whisky sobre la mesa, todas las mujeres que pueda reclutar para ese día a disposición, y que todos los invitados estarían vestidos con sabanas como si fuese una fiesta romana. No ve la hora en que llegue ese día de la primera semana de marzo.

El sol retumbaba el vidrio de las ventanas, estoy en el bus de regreso a mi casa, llevo unas ojeras y olor a perfume barato, dos condones en el bolsillo y una sonrisa que estoy seguro me debe durar un buen tiempo, quizás hasta el cumpleaños de mi querido anfitrión.

domingo, 9 de enero de 2011

FRUSTRACIONES


Me gusta el futbol, no solo jugarlo, sino también verlo y comentarlo. Desde niño lo he practicado, he roto muchos zapatos y destrozado muchos vidrios, las ventanas de mis vecinos supieron de mí. Mi padre me metió en una academia donde podía jugar torneos nacionales e internacionales, yo no era un gran futbolista, pero si cumplidor. Nos llego la noticia que empezarían las giras, íbamos a participar en un torneo de Chile, Luego viajaríamos a Brasil y después a Ecuador para competir, pero tres semanas antes me lesione la pierna, fue una rotura de ligamentos que me impidió caminar por un buen tiempo, me alejo del juego, de la vida social e inevitablemente me alejo de viajar en la gira con mi equipo.

Desde aquel día deje el futbol como deporte principal, para volverlo un pasatiempo. A veces me hubiera gustado ser una estrella, no era bueno, pero era el sueño de todo chico de mi edad. Ahora debo reconocer que soy un futbolista frustrado.

Una noche conocí a Laura de Luna, una hermosa chica que tocaba en un pequeño bar del centro de Lima, nos hicimos amigos a pesar de no tener casi nada en común, quizás solo la afición por la música de Joaquín Sabina. Aparte de su belleza, yo admiraba su manera de tocar la guitarra, la pasión al recitar sus canciones. Un día la hermosa Laura se ofrece hacer una canción partiendo de un escrito mío y quizás cantarla juntos, yo le prometí que para el próximo fin de semana le tendría listo un texto muy bueno, estaba ilusionado, animado, creo que sobreexcitado, siempre quise ser un cantautor, hacerme conocido por mi talento para las letras.

Pero fue muy trágico estrellarme con mi realidad, yo no tengo ningún talento para las letras, han pasado cuatro meses y no he podido escribir una sola estrofa. Cada cosa que escribía terminaba en la basura, no se si fui muy exigente conmigo mismo o tal vez solo soy malo para estos menesteres. He sabido asimilar la cruel verdad, que soy un cantautor frustrado.

Mientras escribía cosas sin sentido en un blog desconocido, encontré una lectora mexicana que se digno a hacerme caso. Me dijo que se había enamorado de mí, que haría lo posible para llevarme a su país, casarse conmigo, tramitar los papeles para que yo pudiera tener la ciudadanía y ser felices por toda la eternidad.

Pero pronto entendí que la eternidad no dura más de siete meses. Aquella muchacha entendió que conmigo no había futuro (mucho trabajo para entender a alguien como yo), que existen mejores tipos, sin la enorme necesidad de traerlos desde tan lejos. Me regalo una visa, me dio un beso de despedida y prometió no olvidarme jamás. Aparte de entender que el “jamás” en las mujeres dura menos de tres meses, también pude aceptar la enorme realidad de que ya no seré un ciudadano charro, que no podre hablar con ese acento tan melodioso que me gustaba un chingo. Ni modo, he pasado a ser también un mexicano frustrado.

Tiempo después pude viajar a México, donde me di la gran vida sin el menor limite. Entre los banquetes de comida, los conciertos, los museos de arte y los bares nocturnos, conocí a una mujer de Oaxaca, con algunos años mayor que yo. Nos embriagamos en la Plaza Garibaldi y dormimos juntos en su hotel. A la mañana siguiente me pidió que me vaya con ella a su ciudad por dos semanas, donde tenía un rancho muy grande, yo iba a ser su huésped. “Y por las noches serás mi chingon (amante)” me decía en tono cariñoso. Por las noches ella se escabulliría en mi habitación mientras todos duermen, todos, incluso su marido.

Pero las fechas no coincidían, cuando la conocí mi boleto de regreso se vencía en dos días, además, yo no estaba en condición de arriesgar el pellejo de esa manera. Tuve que desechar la oferta de aquella mujer que pudo haberse convertido en la última, la que dibuje una disculpa en mi epitafio. Aceptando mi triste destino, el de ser un chingador frustrado.

Mientras tanto la vida transcurre, el tiempo nunca tiene remordimientos, solo apura el reloj y sigue su paso. Me he llenado de frustraciones de lo que quise ser, pero nunca me dio el menor remordimiento, porque cada frustración llevaba una experiencia, una vivencia siempre te deja un aprendizaje. Y es lo que yo soy, un conjunto de vivencias, buenas o malas, que me han convertido en un contador de historias (un contador mediocre, pero ese no es el punto), que anda por el mundo aprendiendo a vivir. Si señores.