domingo, 20 de marzo de 2011

TAN DISTINTOS


Conocí a Cecilia por cuestiones de trabajo, mientras esperaba a su jefe le hice conversación y termine pidiéndole su numero telefónico, tarde mucho en llamarla, pero al fin me anime y valió la pena. A la tercera noche que salimos terminamos en un hotel a dos calles de su casa. Cecilia nunca me presento a su familia, ni hacia falta que lo haga (soy alérgico a esas ceremonias de sociabilidad), lo importante era tenernos, mover nuestros cuerpos en cualquier hotel, sobre cualquier cama, menos las nuestras. Lo curioso y lamentable vino después, cuando mirábamos nuestros cuerpos desnudos en el espejo del techo, ella apoyándose en mi pecho me preguntó: "Y que planes tiene para el futuro?".

Es la pregunta que siempre odio escuchar, no porque suene muy existencialista o fuera de contexto, sino porque por mas que lo intento, por mas que mi vida haya dado vuelcos en estos últimos años, aun no consigo tener una respuesta para esa interrogante. He intentado fabricarme un futuro basado en la mentira, inventarme una historia de lo que puedo ser. Fue mi salida de emergencia, porque cabía la posibilidad de que ellas me lo pregunten antes irnos a la cama. Y si les daba una respuesta en blanco, lo mas probable sería que en estos últimos siete años sea el hombre que menos sexo ha tenido (digno de publicarlo en los Guinness).

La mentira sonaba así: "Pienso terminar mis estudios, luego trabajar duro para juntar dinero y construir mi propia empresa en el rubro que mas me gusta, luego de eso pensar en formar una familia muy solida". Sonaba bien, como de chico responsable, seguramente muchas mujeres han oído el mismo cuento, espero no ser un infidente, pero casi todos lo dicen mecánicamente. Podría eso ser algo muy cruel, muy desalmado, pero pienso que mas cruel es no tener sexo por largas temporadas. Ademas, los hombres somos crueles por naturaleza.

Pero los años pasaron. Deje de ser un jovencito de veinte y cuando aparentaba mas edad, ya mi historia no sonaba tan especial. Mi vida fue tomando muchos rumbos, cada uno con sus momentos felices pero también duros, pero para eso somos hombres, para pisar fuerte y no caernos por cualquier bobería. Alguna experiencia tengo, alguna historia me queda por contar, pero lo mas triste y curioso, es que a pesar de los años vividos, todavía no tengo idea de lo que sera de mi en el futuro. Aun no se que decir cuando me hacen esta pregunta que siempre caía de madura, como me veo en el futuro, que planes tengo para mi vida.

No pude decirle nada a Cecilia, porque la verdad al final es nada, "No pienso en el futuro, no tengo idea de lo que será de mi después de salir de este hotel, el único plan que tengo es ahorrar un dinero en el banco cada mes y dentro de cuatro años comprar un seguro de vida y uno contra el cáncer". Ella no dijo mucho, parecía no entender, solo me abrazo y dejo que yo le preguntara. Su vida no era como la mía, eramos tan distintos, ella si sabia que hacer, a donde ir y donde detenerse. Sentí algo de envida sobre esa mujer que quizás no vuelva a llamarme, ni intente algo mas conmigo. Pero es el precio que hay que pagar por ser como uno es. Yo todavía espero que el futuro llegue con respuestas.

sábado, 12 de marzo de 2011

PLAN MAESTRO

El plan era perfecto, mi plan siempre ha sido el mismo: mentir, blofear, darles por su lado, cogérmelas y luego salir huyendo. No me aprendí otro libreto, no sabría como empezar de nuevo, nunca fui bueno para memorizar. Generalmente les daba un nombre falso o un número telefónico falso (le cambiaba los dos últimos dígitos a propósito), así no puedan dar conmigo. Hasta el momento ha dado buenos resultados, no tengo cargo de conciencia porque jamás dije más de lo que podría sostener. No soy un chico que cumple sus promesas, es por eso que no ofrezco ninguna.

Cuando conocí a Celine fue pura casualidad, un amigo nos presentó, intercambiamos correos electrónicos y dejamos de vernos durante varias semanas, una noche la encontré en línea, la salude y empezó la conversación. Parecía que tuvo un mal día, se sentía como resignada a su suerte, a los tropiezos, me dijo que necesitaba una puerta de escape, y yo le abrí una ventana. La invite a salir, tomar un pisco sour, caminar por la Plaza Mayor, sentarnos frente a la catedral y escuchar sus problemas. Aquella noche no salimos del bar hasta muy tarde, no hubo paseos por la plaza ni charlas en la catedral, mientras me miraba tan atenta, cuando le contaba de mis viajes y desventuras, le confesé que no me había sentido tan a gusto en mucho tiempo, le confesé que me acelera el corazón tenerla tan cerca, que me pongo nervioso si me mira de esa manera, le confesé que me gusta, que se quede conmigo esta noche y la besé. Mientras sentía sus labios sobre los míos, moviendo su lengua con sabiduría, me decía a mi mismo: “eres el mejor de los mentirosos”.

Entramos a un hotel después de medianoche, en una habitación de luces rojas, le hice el amor de muchas formas, y ella se adueño de mi cuerpo de otras tantas. Lo puedo jurar, pocas veces había visto gozar a una mujer sobre una cama, entre sus manos sentía que el mundo podía terminarse mañana, ella me acariciaba como si no existiese un futuro. Eran casi las seis, la vi vestirse y salir por la puerta, no tenía fuerzas para sentarme en la ventana a mirar cómo se marchaba. Solo me quede con un pedazo de papel con su número telefónico escrito, pensando en volver a verla la próxima semana, repetir nuestros encuentros cada vez que ella lo desee.

Es viernes y rebusco entre mis papeles el número telefónico de Celine, pienso en llamarla, invitarla al cine, caminar por la alameda de Chabuca Granda y sentarnos a oír música de la buena. Alguien me contesta el celular, es un tal Leonardo, con voz de viejo cascarrabias, de una ciudad muy lejana a la mía. Joder, me dieron un número falso.

No suena tan gracioso si uno llega a ser la víctima. Me preguntaba si al encontrarse dos mentirosos, porque no decirse la verdad?. Si dos planes perfectos llegaran a cruzarse, no se espera que todo resulte a pedir de boca?. Es fin de semana y me encuentro solo en mi habitación, sin planes ni cosas por hacer, mi celular ha dejado de sonar hace varios días, mi agenda luce vacía desde que dedico mi tiempo al trabajo. Estoy pensando en cambiar mi plan maestro, estoy pensando en inventar nuevas mentiras, estoy pensando en llamar al viejo Leonardo y preguntarle si conoce a algunas amigas para salir en grupo.

domingo, 6 de marzo de 2011

LOS AMIGOS QUE PERDI


Estábamos tan ebrios en su despedida de soltero. Dentro de una semana iba a casarse. Cesar, uno de mis mejores amigos, se sentó en la esquina de nuestra calle, lleno de alcohol pero con un tono sentimental, muy sincero y asustado me dijo: "No se lo que estoy haciendo, no me quiero casar". Lo pude entender muy en el fondo, nunca estamos listos para tomar grandes decisiones, generalmente son ellas las que no toman a nosotros por sorpresa. A la semana siguiente mi amigo se casó, tiempo después se fue a Italia para no verlo mas. No pude despedirme, porque pienso que los amigos nunca se van, algo de ellos permanece en las cosas que hacemos, en las pequeñas rutinas que complementan nuestras vidas. Sospecho que no volveré a encontrarmelo, hace poco vi una foto suya en el facebook con su primera hija. Me alegra mucho saber que uno de los dos al fin pudo hacer algo bueno con su vida.

Conocí a Edgardo en mi salón de clases, lo hacíamos todo juntos, embriagarnos en la calle, atacar los bares, buscar putas en la gran avenida. Hasta que un día él se enamoró de alguien y yo seguí mi vida desenfrenada, lo deje en el camino pero de vez en cuando venia a visitarme. Una noche me dijo que había peleado con su novia, que ya estaba harto y que haria lo que sea por quitársela de encima. Días después ella me busco para pedirme consejos, estaba retraída, sensible, y yo me aproveche de eso y me acosté con ella. Pensé hacerle un favor a mi amigo, pero luego ellos se reconciliaron y desearon formar una familia. No tenia la hombría de mirarlo a los ojos, hice lo que me quedaba. Me aleje de su mundo, busque nuevos amigos, deseando que él pueda encontrar su felicidad, esa que para muchos nos es esquiva.

Hubo un tiempo en que yo era alguien, tenia muchas historias y hasta me pusieron un sobrenombre para hacerme conocido, Me invitaban a los cumpleaños, me ponian las copas, las mujeres y los vicios, yo no era uno mas del monton. Pero habia que pagar un precio muy alto, ser inteligente, gracioso y divertido todo el tiempo. Un dia me canse de ser el payaso, el bufon del grupo, y mis amigos fueron desapareciendo poco a poco. Solo me llegan saludos por navidad o por mi cumpleaños, ya no se toman la molestia de visitarme o invitarme los tragos. Me he quedado sin amigos y sin vicios.

Mientras escribo estas lineas puedo ver frente a mi un cumulo de soledad, un espacio vacio que no espera ser llenado con premura. Rebusco en mi memoria el momento exacto en que cambió mi vida, pero no hay momentos exactos. Andamos en constante metamorfosis, sometidos a la crueldad y al ritmo de lo que nos toca enfrentar, nos protegemos guardando silencios o dando la espalda a lo que no podemos vencer. Y el dia menos pensado nos damos cuenta que ya todos se han ido. Hoy mi espejo me dice que ya esta amaneciendo, pero ya no soy el mismo de ayer.