jueves, 28 de mayo de 2009

MATRIMONIO ???



Estando en una de las esquinas de la avenida principal, compartiendo unas bebidas con los amigos, contaba los acontecimientos vividos durante la semana, había mucho que contar de mi parte, afuera del bar estaba “lecherote” cumpliendo su labor del día, lecherote es un tipo medio loco y medio cuerdo, que cada mañana se para en la pista principal y saluda a todos los microbuseros y camioneros con un “bienvenido” muy calido y cordial, muchos de los chóferes les lanza una moneda con lo cual él puede calmar su hambre y saciar su sed, porque lecherote es amante del trago y dicen que cuando esta ebrio es cuando mas cuerdo se le oye. Solo decir una palabra lo mantiene vivo, ser amable con los que no lo conocen hace que pueda comer cada día del año.

Pero yo estaba muy entretenido con los amigos del bar, les contaba de cómo uno deja pasar esas oportunidades que se dice solo te suceden una vez en la vida. Estando una noche anterior con Diana en un hotel, ella me confeso que ya no nos podíamos ver mas, le pregunte por que había cambiado de opinión tan bruscamente, si apenas hace diez minutos estaba gimiendo de placer en mis brazos (o quizás estaba fingiendo sentir placer, pero para nosotros siempre es lo mismo), pero ella me confeso que lo que venia sintiendo era de mucho antes, pero que yo no me había dado cuenta por el poco amor que le tenia. Yo no se uds. pero después del sexo, a mi me quedan muy pocas ganas de discutir, así que trataba de darle la razón en todo lo que ella me decía, tarea difícil, ya que me cuesta prestar atención cuando alguien empieza a reclamarme o quejarse de algo. El punto es, que hace algunos meses había estado saliendo con alguien más aparte de mí, y que ese alguien la trataba muy bien, incluso le había contado que tenía planes serios de matrimonio.

Yo con algo tan serio como eso, jamás podría competir, no es que yo sea uno de esos tipos que le huyen a la responsabilidad, solo que pienso que cada persona es un universo aparte, y juntar dos universos en una misma habitación para toda la vida, es un suicidio casi seguro. Es muy improbable que dos mundos se encierren en cuatro paredes y que sean felices por siempre, yo no me imagino despertar cada mañana y ver el mismo rostro frente a mi, y lo que es peor, no imagino a alguien que se atreva a despertar cada mañana viendo mi rostro que de por si no es nada agraciado cuando estoy despierto, estando somnoliento debe ser toda una calamidad. Así que cuando Diana me pregunto si estaba dispuesto a cambiar por ella y tomar en serio la relación, esa era mi última oportunidad, entonces fue cuando saque la calculadora y me puse a hacer mis cuentas, apuntar los pros y los contras, el resultado fue unánime, ella merecía a alguien que la ame de verdad, no solo para llevarla a la cama un fin de semana, ella debía conocer otro tipo de amor, mas maduro, mas adecuado para una mujer que busca un futuro. Así que la deje ir, diciéndole que si un día busca un consejo o una compañía sin condiciones, yo siempre estaría ahí con ella (lo cual me da cierta ventaja, porque no hay mejor oportunidad que una mujer enojada o despechada del amor).

La noche terminaba, mis amigos me dieron también la razón en la decisión que tome, era lo mas lógico, ellos también son una tira de miserables que le huyen a los compromisos y a las caras somnolientas que uno puede encontrarse en las mañanas, no podía tener mejores aliados que esos tontos infieles y borrachos que ven la vida como yo la veo. Pero quería una tercera opinión, algo mas pensado e imparcial, asi que me acerque a “Lecherote”, le puse una moneda en el bolsillo y le pregunte si alguna vez pensó casarse, no supe si estaba ebrio, porque el olor a alcohol bien podría ser mió, ya que había estado bebiendo toda la noche, solo vi tomándome del hombro y mirándome a la cara me dijo: “casarme yo?...noooo. Ni que estuviera loco!!”

CELOS ABSURDOS

Estaba yo recostado sobre la cama, mirando el reloj que me decía que ya tenía media hora en la misma posición, mirando el televisor que lanzaba comerciales tontos sobre toallas higiénicas y bebidas alcohólicas, aburriéndome de mi mismo, de lo que tengo que hacer para pasar unas horas de placer.

Había entrado en aquel hotel dejando un nombre falso (vaya novedad), pagando por una habitación con baño propio, televisor con cable y vista a la calle. Siempre me gustaron las ventanas a la calle, me recuerda mi niñez cuando antes de dormir me ponía a contar estrellas, cuando no había nada mas interesante que hacer, buscaba figuras zodiacales en el cielo, para comprobar si era cierto lo que decían los entupidos horóscopos de los diarios. Pero esa noche me sentía solo, enloqueciendo con los comerciales cada vez mas mediocres.

Entonces llego ella, después de cuarenta minutos de espera, toca la puerta del cuarto y voy enseguida, con una cara de pocos amigos, listo para reclamarle la penosa espera en la que me vi hundido. Ella estaba preciosa, con una falda corta, una blusa negra y un bolso del mismo color, oliendo a perfume de fantasías, unos pendientes que hacían juego con su sonrisa y un escote divino y prominente. Pero yo no podía dejar pasar aquel desaire de tenerme esperando por mas de media hora, así que lance toda mi artillería contra ella, le di a entender que no soy ningún juguete para tenerme esperando tanto rato, que no le permitiría otro contratiempo de esa naturaleza. Sin quitarle la mirada le expuse mis molestias, como buen macho que soy, no debía dejar que esa mujer se me descarrile. Su respuesta fue aun mas sorprendente, mas cruda y realista, quito mi mano de su brazo, me miro aun mas rabiosa y me dijo: “Mejor me voy, no me gusta que me reclamen, ni que me celen tanto… con lo que me dice marido tengo suficiente”.

Diciendo eso salio de la habitación y tiro la puerta de un trancazo, dejándome solo en aquel cuarto que estaba preparado para presenciar un encuentro furtivo de dos cuerpos, que hasta ese momento, se tenían muchas ganas de tocarse. Miro a mi alrededor, agarro el control remoto y luego de un zapping exhaustivo logro decir: “Eh, esta por empezar Los Simpson, al fin un programa decente y entretenido para pasar la noche”.

sábado, 2 de mayo de 2009

VOCACION NATURAL




Cuando tenia cinco años quería ser mecánico cuando sea grande, mis amigos querían ser doctores, ingenieros y abogados, luego cuando tenía diez años quería ser veterinario, mis amigos querían ser futbolistas, cantantes o actores de cine. Pero los años te dan sabiduría, también algo de locura, cuando cumplí quince años yo quería ser un gigoló mantenido por una mujer mayor y deseosa de sexo, lo raro es que todos mis demás amigos querían ser lo mismo.

Parece que todos nos unimos en un mismo sueño a cierta edad, en un mismo final para nuestra historia, como si la rueda nos uniera en algún momento del camino. Y a cierta edad andamos buscando lograr ese objetivo. Muchos de nosotros lo hemos encontrado, experimentamos esa sensación tan agradable, pero a la vez pasajera, pues nada dura para siempre. Pero nos damos el gusto y podemos usarlo como una buena experiencia para futuras relaciones.

Cuando somos adultos y tenemos una mejor visión del mundo, se nos ocurren ideas serias pero un poco menos interesantes, yo quería ser psicólogo, mis amigos querían ser maestros, técnicos de marketing, otros querían tener un restaurante, una discoteca o una tienda de ropa. Algunos se casan, otros tienen hijos y otros prefieren la vida libre de toda culpa.

Lo curioso es que cuando envejecemos, volvemos a la vieja idea de que ojala algún día podamos encontrar a una mujer deseosa de sexo (pero ahora mucho menor que nosotros) y si nos mantiene, mucho mejor. Inventamos el calificativo de “viejo verde” para disculpar nuestros bajos instintos, volvemos al punto de encuentro en la rueda de la vida, todos los viejos deseamos eso, solo que no lo decimos para no parecer seniles. Entonces me pongo a pensar de lo pegado que esta el mundo al sexo. Como el sexo puede mover al mundo y en muchos casos mandarlo al diablo.

CUMPLEAÑOS FELIZ


Estaba de lo más aburrido en la computadora hasta que recibí una llamada, un amigo de la infancia había llegado de España y quería verme, salir a comer algo o talvez salir a pasear un rato. Yo le dije que se deje de mariconadas, que eso de salir a pasear entre dos hombres podría verse muy normal en Barcelona, ya que por allá hasta han legalizado el matrimonio gay, pero en Lima la cosa era distinta, aquí te señalan apenas le das un abrazo a un amigo. Javier (así se llama mi amigo “español”) me dijo que no me preocupe, pues también iría Fabián (otro amigo de la infancia, que aunque parece gay, él dice que no lo es). Y bueno, entre dos amigos de toda la vida, no me podía negar, además no estaba haciendo nada interesante, y no porque mi vida sea un total aburrimiento (aunque a veces pienso que si lo es), sino porque no quería salir con nadie, debido a que ya había gastado suficiente dinero las semanas anteriores por andar de “semental nocturno”.

Entonces nos reunimos en casa de Fabián, donde decidiremos por donde empezar, hubo propuestas de ir al cine a ver una película de autos (eso fue idea de Javier), también pensábamos ir a comer algo juntos (esa idea era de Fabián) y también hubo quien quería ir a un night club a ver chicas desnudas (esa idea fue mía je je). Pero decidimos ir al Centro Comercial Mega Plaza y estando ahí veremos que se nos ocurriría. Fabián comento que en “Pardos” se come un pollo riquísimo, no lo pensamos dos veces, todos teníamos mucha hambre y nos metimos al local que estaba cerca de ahí. Al ver los precios que daban en ese lugar me sentí un idiota, pensé que si debía gastar tanto dinero, mejor hubiera salido con una chica, al menos quedaba la posibilidad de llevármela a la cama después. Pero mis amigos me pedían que no me enojara, que si ya estaba ahí con ellos, lo único que nos quedaba era pasarla bien y disfrutar el encuentro de tres viejos camaradas, entonces me anime un poco, hablamos de fútbol, de amores pasados, de los papelones que alguna vez hicimos con alguna chica, de lo entupido que podemos llegar a ser solamente por el hecho de ser jóvenes e inexpertos.

Fabián tenía razón, el pollo estaba delicioso, pero faltaba aun algo más, mi amigo me confesó: “Le dije al mozo que hoy era tu cumpleaños y en unos minutos vendrán con una torta y te cantaran en coro”, al principio me asuste porque mi cumpleaños es en enero, yo que detesto que ser el centro de atención, en unos instantes todos en ese lugar me estarían viendo y hasta aplaudiendo como si yo hubiera conseguido algún logro importante, quise meterme al baño y no salir hasta que paguen la cuenta, pero luego me calme cuando me dijeron que la torta seria de chocolate, yo nunca me negaría a ese sabor tan rico. Llegado el momento subieron cinco chicos a mi mesa con mi torta y una vela encendida, cantaron tan fuerte y desentonado que me sentí como en mi casa oyendo a mi familia, me dijeron que pida un deseo antes de apagar mi vela, dentro mió dije: “Deseo que la torta esté tan rica como parece”. Y todos en el lugar aplaudieron a rabiar, yo levantaba las manos saludando, abrazando a mis amigos y a la vez agradeciéndoles por “haberse acordado” de un día tan especial para mi.

No puedo negar que me divertí, éramos tres tipos rudos, machos y siniestros hablando de mujeres y riéndonos de ellas como solo saben hacerlo los machos de verdad, haciendo travesuras, mintiéndole a todo el mundo y lanzando carcajadas ruidosas que se podían oír en cada rincón del local. Pero la diversión se nos termino cuando al salir del lugar, una chica le decía a su amiga: “Para celebrar un cumpleaños en este lugar, comiendo pollo y nada de tragos, estos chicos deben ser gays… que desperdicio”