domingo, 17 de julio de 2011

EXPEDIENTES SECRETOS II


La conocí en un juego de futbol, estaba en el vecindario de un amigo, buscando rivales para apostarle dinero al ganador. Llegamos a la “Quinta Carbone” un lugar muy conocido de Barrios Altos, dispuestos a dejar la piel por unas monedas. Apenas tenía diecinueve años pero era muy cumplidor en la cancha. Fue entonces que la conocí, era de estatura mediana, piel morena y escultural figura, unos senos que provocaban terremotos y las caderas que parecían de fórmula uno. Se llamaba Luna, tenia veintiún años y unos ojos que lo decían todo.

Aquella tarde ganamos dos juegos, y nos pusimos a beber en su calle, estando entre copas me anime a hablarle, ella muy accesible me dejo dos sonrisas que invitaban a mas. Le pedí su número y la lleve a un lugar oscuro. La bese tantas veces como días tiene el año, entre sus senos pude escuchar el eco de mi voz y en sus caderas pude ver el milagro de su ropa interior. No tuvimos sexo, pero ya se había pactado todo a travez de caricias. No sin antes ella confesarme que habían tres detalles que tenía que saber. Una que tenía novio, y que el novio no era cualquier tipo, y dos que también tenía novia, y tres, que lo último que quería era complicarse más la vida.

No le hice más preguntas, no daba al caso, era obvio que lo nuestro solo seria pasajero, sin culpas ni restricciones. Salimos un par de veces. Tuvimos sexo después de todo. Y una tarde mientras se duchaba, leí un mensaje de su celular, era de su novio, pude ver para mi sorpresa que el novio era un jugador de futbol no muy famoso, pero destinado a serlo. Lo había visto en los periódicos, incluso yo era hincha del equipo en que jugaba. Me sentí extraño, me hubiese gustado acostarme con la mujer de un futbolista del equipo rival. Pero en esto no hay banderas, solo oportunidades que se aprovechan. Sin embargo tenía curiosidad de quien era la novia de Luna. La empecé a buscar en el celular y descubrí que era la maestra del instituto de modas donde ella estudiaba, algunos años mayor pero no por eso menos bella.

Me preguntaba sobre lo interesante que podría ser, esto de ser bisexual, como diría Arjona: “Nunca hay pierde….todos los buses te llevan a casa”. Aquella tarde Luna me confesó sus experiencias, hablamos de sus primeras veces, de lo difícil que suele ser llevar una doble vida, que conmigo se sentía bien porque no tiene que fingir, pero que tarde o temprano yo debía desaparecer, porque su vida está hecha para dos, no para tres. Yo hacía de mal tercio y lo acepte. Nos acostamos un par de veces más y luego salimos como amigos. Compartimos muchos secretos, fantasías, nos dábamos consejos, y hasta me invitaba a comer a su casa cada vez que podía. Yo en cambio, empecé a ser mas hincha de mi equipo, empecé a ir mas seguido a los estadios, sentí que se lo debía al moreno atacante de enganche endiablado, como forma de compensación.

Con los años nos alejamos todos, Luna termino con su novio y a los dos meses también con su novia. Para no joderse la vida se dedico al trabajo, tanto que se fue a Argentina ese mismo año para ser operadora de una empresa de teléfonos. Me escribía una vez al mes contándome sus quehaceres, su lucha por hacerse de una vida en un país lejano. Luego terminaron sus correos, sus llamadas, todo. Entendí que su vida tomo otro giro, uno donde yo ya no tenia lugar. Luna ha venido a Perú tres veces en los últimos siete años, la ultima vez vino con su hijo de ocho meses en brazos. Nunca pudimos encontrarnos, nos llegamos a sentir dos desconocidos que ya no tienen secretos que contar. A ella le gustaba las cosas que escribía, decía que era bueno con las palabras, pero que eso de escribir bonito, "es como tener el pene grande, si no sabes hacer todo lo demás, te jodiste".

Nunca aprendí a ser un hombre, solo fui el amante, el mal tercio. Al que inevitablemente borrarían de sus vidas apenas encuentren algo mejor. Cada vez que llegaba una mujer a mi vida me preguntaba: "y ella cuando se ira?, cuando se dará cuenta que la vida sin mi, es igual de interesante?". Las noches en Lima son frías, lluviosas, torrenciales. Mientras escribo esta historia que tenia guardada en la memoria me pregunto: Dicen que el amor lo puede todo, todo lo vence, a todo sobrevive... pero que pasa cuando no es así?.

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