sábado, 11 de julio de 2009

PARANOICO NOCTURNO


Yo, un diablito del señor, su hijo más ingrato, pero su hijo al fin de cuentas, siempre me gusto ir contra la corriente, tomar lo que no es mío, mentir desmesuradamente solo para saber hasta donde pueden llegar las consecuencias de mis falsedades. He tomado muchos nombres y muchas formas: para llevarme a la cama a Doris le tuve que decir que estaba terminando mi carrera en la universidad, para acostarme con su amiga Katrina he tenido que aparentar ser un chico virginal y honorable, para llevarme al hotel a Catherine tuve que decirle que era un bisexual confundido, cuando quise saber los datos de mis enemigos tuve que usar el nombre de una mujer, mayor de treinta años y deseosa del sexo, que es la manera más sencilla de hacerle soltar la lengua a cualquier tipo en el chat.

Por eso cuando apareció una mujer excitante y a la vez desquiciada, con una historia de su vida muy excitante y llena de contradicciones, me puse a pensar en que el boomerang por fin me ha sido devuelto. Aquella mujer que le gustaba mis escritos, decía ser una ninfomaníaca convicta y confesa, una fanática del vampirismo, una chica linda que anda por las calles frías de Buenos Aires, buscando un cuerpo fogoso cada fin de semana, prometiéndome que si un día llego a su ciudad, los cuatro primeros polvos corren por su cuenta. Entonces como puede caerme mal una mujer con semejante promesa? era casi imposible.

Pero si yo aún no estoy muerto o mal herido, una de las razones es porque siempre tome mis precauciones, siempre estudie cada paso y sus consecuencias, nunca he arriesgado mi pellejo mas allá de los limites permitidos, hasta cuando ando de atrasador nocturno me fijo que el marido no sea policia, ni vigilante de noche. Así que cuando llegó esta vampirita, con un disfraz perfecto (de ninfomana), digno de impresionar a cualquier lobito feroz, me dejo muchas dudas. Pensé que era una enviada de algún enemigo a quien le jugué sucio alguna vez, quizás era la amiga de alguna mujer que quiere saber si soy tan decente como a veces suelo decir, hasta llegue a pensar que era el diablo que había llegado para saldar cuentas conmigo. Todas las teorías eran permitidas para un tipo paranoico como yo, que piensa que por cometer tantos pecados, algún día pagara igual número de castigos, lo que ya me aterra imaginar.

Al final de algo tiene que morir la gente, las semanas pasaron tan rápido, ahora la vampirita y yo somos grandes camaradas, le he contado mis pecados más oscuros y ella sus aberraciones mas memorables, coincidimos en muchas cosas, hablamos de poses sexuales, de castigos sadomasoquistas, ambos somos una moneda de dos caras, casi cortados por la misma tijera, le confesé algunos secretos que tenia guardado, le baje la guardia por unos instantes, aunque por dentro siga siendo el mismo paranoico. Por si las dudas dejé algunas mentiras en el camino, mentiras que podrían salvar mi pellejo. Aunque si ella fuese el diablo, como ambos hemos deseado que así sea, yo también le diría que quiero saldar unas cuentas, asi que nos convendría juntarnos con unas copas sobre la mesa, para poder negociar otra prorroga a mi existencia.

1 comentario:

Cesar Jack dijo...

TE VAS A QUEMAR EN EL INFIERNO CON LEÑA VERDE POR TUS PECADOS.