domingo, 8 de agosto de 2010

ENTRE TODAS LAS MUJERES



Al llegar a México me hospedo en el departamento de Raquel, una amiga de muchos años (y también prima de mi tangamandapiana), tengo ventana a la calle y una cama espectacular, lástima que en mi estancia aqui, pienso hacer de todo, menos dormir. Raquel me lleva a su trabajo y quedo fascinado con su oficina, la hermosa vista de la ciudad desde ese edificio de veinte pisos, la gente tan amable que me saluda, desconociendo que solo soy un intruso y que no trabajo en ese lugar. Raquel me enseña a usar el metro bus, nunca olvidare que mi primer día en México, me despertó a las seis y media de la mañana y me dejo en la avenida Reforma, con tan solo un par de indicaciones, indicaciones que no entendí, porque mi cerebro recién despierta después de las diez. Pero debo reconocer que andar solo en mi primer día por esta ciudad inmensa, me hizo sentir un gusto especial.

Entre semana me encuentro con Eva, que también es mi amiga. Ella me sube a su coche y me lleva a la basílica de Guadalupe, me explica la “supuesta” leyenda que va detrás de la virgen morena, con su peculiar manera de ver el mundo. Eva es revolucionaria, ha caminado con el Sub Comandante Marcos y piensa que el mundo todavía puede cambiar. Eso es lo que me hace admirarla como la admiro. Me hubiera gustado vivir la mitad de lo que ella ha vivido, estoy seguro que nunca me faltarían historias por contar. Eva me lleva a desayunar, luego a la UNAM, para visitar su museo de ciencias, me habla del comunismo, de lo que se vive en Chiapas y el daño que le hace la religión a la democracia, me presenta a sus amigos diputados con toda la naturaleza del mundo. Prometo vernos al día siguiente, para seguir con el tour, antes de despedirnos ella me regala una tarjeta para el metro y me indica cómo debo usarla.

Gabriela me recoge en su auto y me lleva al juego de su hijo, me invita unos cacahuates mientras me cuenta sus decepciones amorosas, me canta de cerca una canción de Sin Banderas y me sonríe muy lindo bajo la sombra de los arboles. Mi invita al cumpleaños de una compañera de trabajo en una discoteca de Chapultepec, donde sus demás amigas intentan enseñarme a bailar, sin poder lograrlo. Salimos de madrugada en su auto, recorriendo la ciudad, mostrándome lo que siempre he querido desde que llegue, ver México de noche, como el animal nocturno que soy. Amanecemos en su casa, Gabriela me quiere llevar a Cuernavaca el fin de semana, pero yo ya tengo planes. Al despedirnos, nos damos un abrazo y sabemos que no será nuestra última vez, que aún nos quedan varios encuentros por contar.

Llegamos a las pirámides de Teotihuacán, es uno de los lugares más lindos que he visto, subo cada escalón asombrado, acompañado de Rita, una linda guatemalteca que está llevando una maestría en la UNAM, ella me cuenta que en su país también hay pirámides, que con gusto será mi guía si un día me animo a viajar hasta Guatemala. Me cuenta que ha terminado hace poco con su novio y que ahora solo dedica a estudiar porque ya entro a los exámenes finales. Entramos a un restaurant y pedimos una sopa y unas quesadillas con mole verde. Empieza a llover y es hora de regresar al departamento. Nos despedimos esperando volvernos a ver de nuevo. Pero eso ya no sucederá.

Compro mi boleto para un concierto y al llegar al Parque Naucalli me encuentro a una linda mexicana, conversamos y disfrutamos juntos el recital, compartimos una lluvia ligera, unas mentas y el gusto melomaniaco por la trova, la pasamos bien. Llegando a descansar reviso mi correo, Pilar me dejó un mensaje diciendo que se alegra que la esté pasando bien en el DF, y que este fin de semana me invita a una posada que se va a celebrar en su vecindario, que no me preocupe por la hora, que ella me ofrece su departamento para pasar la noche, y las noches que yo quiera. Me voy a la Plaza Garibaldi, conozco a Rosa y su hermana Fabiola, les caigo bien a ambas, me invitan a hospedarme en su ciudad en el futuro, pero ese día solo me invitan a pasar la noche en su hotel. Me embriago con ellas, les guardo sus pecados y sigo mi camino sin remordimientos. Volviendo al departamento reviso mi correo, encontrando un mensaje de Adriana, pidiéndome que la espere una semana más en la capital, que está a punto de terminar su curso y piensa venir a verme. No lo puedo hacer, solo me despido con una frase que escuché por ahi: “Lo que se ama nunca muere”.

Me encuentro en el aeropuerto dispuesto a tomar mi avión de regreso. Al llegar a mi país, hay alguien esperando por mí: Lucia, mi querida Lucia, que me abraza y me dice: “Ya todo terminó, cerraste tu capitulo. Déjame decirte que estas completamente loco por hacer esto, pero que bueno tenerte de regreso”. Llevo en el alma un pedacito de cada una de esas mujeres, que me quisieron de maneras muy distintas, pero también llevo una pena por no haber pasado más tiempo con la mujer a la que vine a buscar, la que gasto su dinero en papeles para yo pueda tener la visa para este país. La que arriesgó su vida en esta locura que alguna vez vivimos. La que se la jugó por mí, y me hizo creer que ya no era más el perdedor que todos decían. Este viaje es un homenaje a ella, cada instante de felicidad que he vivido, se lo debo enteramente a esa mujer que una vez soñó hacerme feliz… y despertó antes de tiempo.

GRACIAS MI TANGAMANDAPIANA… SÉ MUY FELIZ AHORA QUE ME BORRO DE TU HISTORIA.


UN MES DESPUES

Lima luce bella de noche, con sus luces naranja y sus bares bohemios, con el mar haciendo ruido cuando cae la tarde y los amigos buscándome para tomar unas copas. Volví al trabajo en la universidad, me extendieron el horario pero ahora me pagarán más. Estoy cancelando las deudas que me hice y para fin de año planeo viajar a Buenos Aires en busca de mas historias. A veces pienso en ella, pero ya no siento culpa, porque hice todo lo que un chico enamorado puede llegar a hacer. De vez en cuando inundo mi cama con una mentira y salgo huyendo al amanecer. He vuelto a ser el tipo libre que desea estar solo, sigo asistiendo a los conciertos en penúltima fila, con el asiento de lado totalmente vacío. Creo que dejare de escribir cursilerías en este blog, quizás me haga otro y lo llamare… “DIARIO DE UN ANIMAL NOCTURNO”.

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