Juanito es un tipo con muy mala suerte, hecho para el sufrimiento desde siempre, con una nubecilla negra sobre la cabeza y con gatos negros cruzándose siniestramente por su camino todo el tiempo, era todo un show oír sus increíbles historias amorosas.
Cuenta que una noche había invitado a salir a una chica que vivía cerca de su trabajo, se llamaba Claudia, ella con diecinueve años, varios menos que Juanito, poca experiencia a simple vista, pero como toda chiquilla, muy ilusionada con las palabras dulces. A mi amigo le había costado mucho invitarla a salir, primero por temor a ser rechazado y segundo porque Claudia tenía novio. Pero después de muchas lunas, también aprovechando que ella se había peleado con su novio, Juanito la invito a ver una película que estrenaban en el centro de Lima y ella aceptó de buena gana.
Emocionado hasta los huesos, mi amigo se compro ropa nueva, le pidió prestado su mejor perfume al hermano mayor, pidió permiso en su trabajo para faltar, aceptando que se lo descuenten de su sueldo, junto algo de dinero y salió en busca de Claudia para una noche memorable. Ya estando en casa de ella, el corazón se le acelero al verla tan bellísima, pensó que esta seria su noche y que no la dejaría pasar. Caminaron hacia la avenida principal para esperar el bus que los llevaría al centro, pero el bus demoraba mucho, entonces él prefirió tomar un taxi. Mientras detenía el taxi para pedirle que los lleve al centro se oyó un grito desesperado desde una esquina que decía: “Claudia no te vayas!!”. Al voltear para ver de quien se trataba, Juanito pudo ver al novio de Claudia parado frente a ella, con un peluche enorme en las manos y una cara de tonto arrepentido dispuesto a humillarse con tal que su novia lo perdone.
Juanito no sabia como reaccionar, solo atinó a pedirle a Claudia que suba de prisa porque se le hacia tarde para la función de las ocho, a los que Claudia no hizo caso y poco a poco se acercaba a su novio para oír lo que tenia que decir. Juanito pudo presentir otra vez su mala suerte, mas aun cuando oyó el maullido de un gato negro que pasaba cerca de ahí. Lo que sucedió después era de esperarse, Claudia se acerco a Juanito y mirándola muy apenada le dijo: “Me he dado cuenta que aun amo a mi novio, lo siento pero lo nuestro no puede ser”. Mi amigo algo tristón y enojado con el destino (como carajo puede aparecer su novio en ese preciso momento), da media vuelta y decide irse a su casa. Mientras iba de regreso, seguía oyendo el ruido de aquel gato negro que lo molestaba, Juanito cogió una piedra y se la lanza con tanta furia, como si gato fuese el novio de Claudia, pero el animal logra esquivar el proyectil que al final es estrellado contra la luna de su vecino, Juanito no tiene mas remedio que huir corriendo del lugar, mientras su nubecilla negra lo persigue a la misma velocidad.
Cuenta que una noche había invitado a salir a una chica que vivía cerca de su trabajo, se llamaba Claudia, ella con diecinueve años, varios menos que Juanito, poca experiencia a simple vista, pero como toda chiquilla, muy ilusionada con las palabras dulces. A mi amigo le había costado mucho invitarla a salir, primero por temor a ser rechazado y segundo porque Claudia tenía novio. Pero después de muchas lunas, también aprovechando que ella se había peleado con su novio, Juanito la invito a ver una película que estrenaban en el centro de Lima y ella aceptó de buena gana.
Emocionado hasta los huesos, mi amigo se compro ropa nueva, le pidió prestado su mejor perfume al hermano mayor, pidió permiso en su trabajo para faltar, aceptando que se lo descuenten de su sueldo, junto algo de dinero y salió en busca de Claudia para una noche memorable. Ya estando en casa de ella, el corazón se le acelero al verla tan bellísima, pensó que esta seria su noche y que no la dejaría pasar. Caminaron hacia la avenida principal para esperar el bus que los llevaría al centro, pero el bus demoraba mucho, entonces él prefirió tomar un taxi. Mientras detenía el taxi para pedirle que los lleve al centro se oyó un grito desesperado desde una esquina que decía: “Claudia no te vayas!!”. Al voltear para ver de quien se trataba, Juanito pudo ver al novio de Claudia parado frente a ella, con un peluche enorme en las manos y una cara de tonto arrepentido dispuesto a humillarse con tal que su novia lo perdone.
Juanito no sabia como reaccionar, solo atinó a pedirle a Claudia que suba de prisa porque se le hacia tarde para la función de las ocho, a los que Claudia no hizo caso y poco a poco se acercaba a su novio para oír lo que tenia que decir. Juanito pudo presentir otra vez su mala suerte, mas aun cuando oyó el maullido de un gato negro que pasaba cerca de ahí. Lo que sucedió después era de esperarse, Claudia se acerco a Juanito y mirándola muy apenada le dijo: “Me he dado cuenta que aun amo a mi novio, lo siento pero lo nuestro no puede ser”. Mi amigo algo tristón y enojado con el destino (como carajo puede aparecer su novio en ese preciso momento), da media vuelta y decide irse a su casa. Mientras iba de regreso, seguía oyendo el ruido de aquel gato negro que lo molestaba, Juanito cogió una piedra y se la lanza con tanta furia, como si gato fuese el novio de Claudia, pero el animal logra esquivar el proyectil que al final es estrellado contra la luna de su vecino, Juanito no tiene mas remedio que huir corriendo del lugar, mientras su nubecilla negra lo persigue a la misma velocidad.
1 comentario:
que horrible jajajajaja!!!!, pobrecito pero a veces pasa, jajajajajaja
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