Estaba caminando por un parque con Lucia, hablando de las buenas intenciones, de los demonios del pasado y de los golpes provocados por amores padecidos. Compramos un trago y nos lo pusimos a tomar en una de las bancas mientras me seguía contando de los daños secundarios que puede hacer el amor en personas como ella. A mi me gustaba mucho Lucia, me gustaba desde el día en que la conocí en esa esquina de Yzaguirre con Mendiola, me gustaba su buen humor y sobre todo esos ojos tan bellos que cuando me miraban me hacia temblar. Nunca me animaba a contarle de mis sentimientos, primero porque me daba miedo rebotar con ella y segundo porque la sentía muy indispuesta para iniciar una relación formal. Pero a mi me gustaba mucho Lucia, aunque algunas veces no sabia para que.
Fueron varios meses de intentos, cartas dulces escritas a mano (poemas, acrósticos y todo lo que un chico cursi pudiera escribir), peluches, invitaciones al cine o a comer en algún lugar refinado. Sin embargo siempre que hablábamos de amor me contaba que ella no estaba lista y que deseaba estar sola por el momento. Consultando a varios amigos mucho mas experimentados que yo, me anime a declararme, una noche que la invite a salir, mientras camináramos por una calle oscura o sentado bajo el árbol de algún parque escondido, la miraría a los ojos y le diría de todo lo que sufre mi cuerpo cuando estoy con ella (de las pulsaciones aceleradas y sudoración de mis manos).
Pero esto no es un cuento de hadas, es la vida misma, así que como buen guerrero de muchas batallas, tengo que reconocer que algunas veces me toco perder, como aquella noche con Lucia en que mirándola a los ojos le confesé lo que sentía por ella. Lo que paso después fue trágico, porque oí por primera vez la frase mas cabrona que le pueden decir a un chico ilusionado, aquella frase que tantos hombres han oído mas de una vez (los perdedores lo deben oído toda su vida, pero que eso no quiere decir que ya no debemos seguir intentando), aquella frase se me quedo muy grabada y creo que debe ser recordada como una de las frases mas odiadas por los hombres. Lucia soltándome una sonrisa, soltándome la mano y apretando mi hombro me dijo: “No puedo amarte…yo te veo solo como mi amigo”.
Joder, como si los amigos no pueden pensar cogerse a sus amigas, lo pensamos todo el tiempo, solo que no lo decimos, por eso las mujeres dicen esa frase cabrona para evadir la arremetida de un hombre, para bajarle las revoluciones, solo nos ven como amigos. Pues les tengo noticias a las mujeres: los amigos también queremos follar.
Fueron varios meses de intentos, cartas dulces escritas a mano (poemas, acrósticos y todo lo que un chico cursi pudiera escribir), peluches, invitaciones al cine o a comer en algún lugar refinado. Sin embargo siempre que hablábamos de amor me contaba que ella no estaba lista y que deseaba estar sola por el momento. Consultando a varios amigos mucho mas experimentados que yo, me anime a declararme, una noche que la invite a salir, mientras camináramos por una calle oscura o sentado bajo el árbol de algún parque escondido, la miraría a los ojos y le diría de todo lo que sufre mi cuerpo cuando estoy con ella (de las pulsaciones aceleradas y sudoración de mis manos).
Pero esto no es un cuento de hadas, es la vida misma, así que como buen guerrero de muchas batallas, tengo que reconocer que algunas veces me toco perder, como aquella noche con Lucia en que mirándola a los ojos le confesé lo que sentía por ella. Lo que paso después fue trágico, porque oí por primera vez la frase mas cabrona que le pueden decir a un chico ilusionado, aquella frase que tantos hombres han oído mas de una vez (los perdedores lo deben oído toda su vida, pero que eso no quiere decir que ya no debemos seguir intentando), aquella frase se me quedo muy grabada y creo que debe ser recordada como una de las frases mas odiadas por los hombres. Lucia soltándome una sonrisa, soltándome la mano y apretando mi hombro me dijo: “No puedo amarte…yo te veo solo como mi amigo”.
Joder, como si los amigos no pueden pensar cogerse a sus amigas, lo pensamos todo el tiempo, solo que no lo decimos, por eso las mujeres dicen esa frase cabrona para evadir la arremetida de un hombre, para bajarle las revoluciones, solo nos ven como amigos. Pues les tengo noticias a las mujeres: los amigos también queremos follar.
1 comentario:
ESO SI QUE JODE, SI SOLO QUIEREN SER AMIGOS ENTONCES PARA QUE MICHI DAN ALAS Y ACEPTAN REGALOS Y TODO ESO?, SI LAS MUJERES TAMBIEN SE HACEN LAS ZONZAS PARA QUE UNO LES REGALE COSAS PERO CUANDO UNO QUIERE IR MAS ALLA DEL SIGUIENTE LEVEL, TONS AHI DICEN QUE TIENEN QUE PARARLO, CHIS....
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