Después de muchas lunas pude encontrarme con mi entrañable amigo Javier, fue en casa de Fabián, un amigo del barrio. Le dije que lo notaba mas cambiado, más maduro y que tenía un cierto aire de señor serio, Javicho sonrió y me agradeció el gesto, lo cual más que un cumplido era una mentira piadosa, porque era una treta mía para que Javier baje la guardia y se deje mostrar tal y como es, el tipo tonto y bonachón que en cualquier momento hará algo chistoso. Es que desde que me acerque a nuestro “héroe”, él se había puesto a la defensiva, cuidando celosamente cada paso que daba, era evidente que mi blog había afectado tremendamente su vida cotidiana y sobre todo sus nervios.
Fabián tuvo una genial idea, saco unas cervezas para romper el hielo, creí que eso era lo que hacía falta. Después del segundo vaso de alcohol, Javier me preguntó por millonésima vez: “Porque lo hiciste?” refiriéndose a Kelly su ex novia de hace seis años. Yo ya he olvidado ese incidente, ni siquiera me acuerdo exactamente cómo ocurrieron las cosas, solo recuerdo que ella dejo de verlo y poco después se fue a Italia donde ahora está casada. Era obvio que mi amigo aun tenia la herida abierta y parece que yo era el culpable principal de su desgracia, quise disculparme de corazón, aunque no tuviera la certeza del porque hacerlo, quise que nuestra amistad siga siendo la de antes, pero al verle la cara de tonto (porque en verdad tiene una cara de tonto), no pude sino seguir burlándome de él. Le dije que había hablado con Kelly hace unas semanas, que ella me había preguntado por él, de cómo le ha ido en la vida, a lo cual yo le respondí que Javier andaba de mal en peor, que en muchos años mi amigo no ha llegado a tener novia y que ahora sale muy seguido con Wilmer, un gay muy conocido de la cuadra, lo cual ha comenzado a crecer los rumores en el barrio de que ambos tienen algo más que una amistad.
Mi amigo Javicho no lo podía creer, la chica que tantas veces fue parte de sus sueños, la que compartía sus tardes en la puerta de su casa, la que lo llenaba de orgullo al presentarla a sus amigos, ahora también cree que es gay… y todo eso gracias a mí. Sus ojos me decían que me quería golpear, sus labios decían que iba a matarme, sus manos se comprimían lentamente para hacer el intento de darme un golpe, pero todo su cuerpo me dijo que estaba totalmente borracho, así que se desplomo en el sofá de la sala, sin más palabras que decir. Fabián y yo no pudimos entender lo que vimos, sobre todo él que se sentó a su lado para ver si tenía reacción, pero fue inútil, solo nos echamos a reír mientras Fabián gritaba aun incrédulo… “Pero si solo tomamos dos botellas!!”.
Fabián tuvo una genial idea, saco unas cervezas para romper el hielo, creí que eso era lo que hacía falta. Después del segundo vaso de alcohol, Javier me preguntó por millonésima vez: “Porque lo hiciste?” refiriéndose a Kelly su ex novia de hace seis años. Yo ya he olvidado ese incidente, ni siquiera me acuerdo exactamente cómo ocurrieron las cosas, solo recuerdo que ella dejo de verlo y poco después se fue a Italia donde ahora está casada. Era obvio que mi amigo aun tenia la herida abierta y parece que yo era el culpable principal de su desgracia, quise disculparme de corazón, aunque no tuviera la certeza del porque hacerlo, quise que nuestra amistad siga siendo la de antes, pero al verle la cara de tonto (porque en verdad tiene una cara de tonto), no pude sino seguir burlándome de él. Le dije que había hablado con Kelly hace unas semanas, que ella me había preguntado por él, de cómo le ha ido en la vida, a lo cual yo le respondí que Javier andaba de mal en peor, que en muchos años mi amigo no ha llegado a tener novia y que ahora sale muy seguido con Wilmer, un gay muy conocido de la cuadra, lo cual ha comenzado a crecer los rumores en el barrio de que ambos tienen algo más que una amistad.
Mi amigo Javicho no lo podía creer, la chica que tantas veces fue parte de sus sueños, la que compartía sus tardes en la puerta de su casa, la que lo llenaba de orgullo al presentarla a sus amigos, ahora también cree que es gay… y todo eso gracias a mí. Sus ojos me decían que me quería golpear, sus labios decían que iba a matarme, sus manos se comprimían lentamente para hacer el intento de darme un golpe, pero todo su cuerpo me dijo que estaba totalmente borracho, así que se desplomo en el sofá de la sala, sin más palabras que decir. Fabián y yo no pudimos entender lo que vimos, sobre todo él que se sentó a su lado para ver si tenía reacción, pero fue inútil, solo nos echamos a reír mientras Fabián gritaba aun incrédulo… “Pero si solo tomamos dos botellas!!”.
3 comentarios:
Pobre muchacho con esos amigos mejor un enemigo, mejor que dejen de ayudarlo!!
Un beso
Noe
JAJAJAJA, yo me mato man jajajaja.
hay tipico de ti cagando a la gente... creo nunca cambiaras. pero hay algo de cierto en eso javicho no se hace ni una jajaja
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