Es sábado por la noche y mi amiga Adela me llama al celular, me dice que me está esperando hace quince minutos, que porque no llego al lugar en que habíamos quedado. No lo podía creer, me había quedado dormido de cansancio, la noche anterior había amanecido en el departamento de Fabián y apenas pude cerrar los ojos cuando caía la tarde. Había olvidado que acordadé en salir al cine con Adela, no podía dejarla plantada. Apenas me llamó me metí a la ducha y me vestí muy rápido para salir a su encuentro.
He intentado todo el día llamar a la tangamandapiana para saludarla por su cumpleaños, pero mis llamadas nunca fueron contestadas, le mande un mensaje al celular y me ha dicho que su celular no está recibiendo llamadas, que se ha malogrado producto de una caída. Entonces me dedique a dejarle varios mensajes, deseando poder darle un abrazo y estar con ella en la fiesta que seguramente le harán sus amigas en la noche.
Contrario a lo que pensaba, ya no me encuentro tan solo, aun tengo amigos que se ocupan de mi cuando la depresión me invade, siempre ha habido alguien que se atrevió a pasar el rato conmigo y me ha entretenido con sus charlas. Adela es una amiga que no había visto hace como un año, antes venia a verme al trabajo todos los días y se quedaba mucho rato conmigo. Luego empezó a salir con un chico y se alejo de mí (todas se van cuando encuentran novio, es la eterna maldición), solo nos comunicábamos por msn cada dos o tres semanas, pero siempre me consideró su amigo, alguien a quien le podría contar todas sus cosas, aunque yo siempre diga los peores consejos.
Una hora estuvo Adela esperándome en ese lugar, mientras tanto hacia unas compras y veía las películas en cartelera. Cuando llegue la vi parada en la puerta del cine, lucia encantadora, con un maquillaje casi intrascendente que mostraba su belleza natural, sus ojos marrones claros que cuando me miraron se hincharon de alegría, me dio un gran abrazo, de esos que tanta falta me hacen por estos días. Me dijo que lucía más delgado y también algo distraído, eran los daños colaterales de ser un lobito herido. Entramos al cine y pedimos dos boletos, escogimos la película “Desde mi cielo” que parecía interesante. No nos equivocamos, Adela lloró un poco al final y salió contenta porque le gustó la película, yo solo estaba contento de que el asiento de al lado no siga vacio.
Salimos del cine y nos pusimos a caminar un poco, esa noche no hablé de mí, fue Adela quien me empezó a contar sus problemas, aunque se arriesgue a recibir mis consejos infames. Todos tenemos piedras en el camino, todos hemos caído alguna vez y necesitamos un impulso para seguir, o a veces solo necesitamos un refugio para hospedar nuestras tristezas, un corazón que sepa escuchar. Por eso Adela sonríe más que yo, ella ya ha pasado las primeras fases, ahora está en la etapa de aceptación y pronto será la chica fuerte y aguerrida que conocí hace tiempo por casualidades de la vida. Acompañé a mi amiga a que tome un taxi, nos despedimos con otro abrazo y un beso en la mejilla, prometiendo un nuevo encuentro que espero suceda, porque siempre es grata su compañía, porque en estos momentos es grata cualquier compañía.
Estando en mi habitación me pongo a acomodar mis cosas, pongo discos de Sabina, guardo los libros que me obsequiaron, las cartas que leo cuando estoy dormido, las películas que compraba los fines de semana, me asomo por mi ventana y suelto tres suspiros. Como me gustaría buscarte, tocar tu puerta con un enorme regalo entre mis brazos y decirte feliz cumpleaños. Son las tres de la mañana y mi celular suena. Es tu mensaje agradeciendo mis saludos, deseándome dulces sueños y diciendo que me quieres mucho. Yo aun somnoliento pero contento al saber de ti, te escribo de inmediato: “yo te quiero más, y te debo un abrazo que espero darte algún día”.
3 comentarios:
Ya ves que siempre hay ahí un amigo con el que pasar un rato agradable, con el que charlar.
Ya ves...aqui me tienes a mi también.
Me encantó leer que se puedan acomodar "esas cartas que se leen cuando estas dormido".
Me alegra mucho que te contestara...guarda el abrazo a buen recaudo, quizás dentro de no mucho, puedas regalárselo.
Un beso Trovadicto
Gracias por tus palabras Kalima, me da gusto tenerte a ti tambien para una buena charla, ojala sea pronto.
Aquellas cartas que leo, es cuando empiezo a soñar con el pasado, lo traigo mediante esas hojas escritas, las siento a mi lado y me hacen compañia. Es la parte mas bonita de mi noche.
Muchos besos para ti.
me falto ir la proxima vez avisen pues.
Publicar un comentario