domingo, 28 de febrero de 2010

RETRATANDO LA NOCHE

Parece que los canallas huelen la oportunidad, han pasado pocos días y mi celular recibe un mensaje. Es mi amigo Lalín que no veo hace meses, su mensaje es muy corto pero especifico: “hola hermano, cuando salimos a buscar putas como en los viejos tiempos”, me pareció algo extraña su propuesta, primero porque Lalin está infelizmente casado hace ocho años (si, leyeron bien, infelizmente), segundo porque hace como diez años que no vamos a buscar putas y tercero porque él sabe muy bien que ya las putas no me gustan. En épocas pasadas éramos muy locos, queríamos cogernos a todo el mundo, incluida las putas. Lalin es de esos amigos que te acompañan a todos lados, que siempre están dispuestos a jugársela por un amigo. Cuando yo quería irme de mi casa, él ofreció hospedarme en su cuarto alquilado y conseguirme un trabajo, eso es algo que siempre voy a recordar. Pero luego mi amigo decidió hacerse de una familia y pensar en cosas mayores, yo tomé un camino con menos responsabilidades, quizás a veces más divertida, pero sin esas grandes satisfacciones que mi amigo seguramente ha tenido y seguirá teniendo con esos hermosos hijos.

El mensaje de Lalin me despertó, al principio me hizo mucha gracia que alguien me diga para buscar putas a las siete de la mañana, luego lo maldije porque es un crimen despertar a alguien que se echa a dormir después de las tres de la madrugada. Le dije que mejor otro día porque no estaba de ánimos, seguramente con los días olvidara el asunto y ya no hablaremos de eso.

Es viernes a medianoche, salgo del trabajo y me encuentro con mi amigo Cesar, me nota algo triste todavía y se ofrece a acompañarme con una charla. Cesítar sabe todo lo que viví con la tangamandapiana, la noche anterior a su llegada fue quien me acompañó a la farmacia a comprar mis “implementos de primera necesidad”, me dice que las heridas sanaran con el tiempo, que lo que es de uno siempre volverá, esas palabras me ayudaron un poco. Mientras estamos en una banca de un paradero de buses, le digo a Cesar: “Vamos a buscar putas?”, él acepta suelto de huesos y empezamos a recorrer las peores calles de Lima buscando la perdición.

Era la una de la madrugada y todo es silencio por esas rutas, un borracho duerme sin zapatos en plena acera, un vagabundo busca pedazos de papel para poder dormir en una esquina, dos ladrones aparecen corriendo con una cartera en la mano, tres tipos pasan por mi lado fumándose un troncho de marihuana, los grafitis en los muros que siempre dicen algo interesante, la jovencita que vende caramelos en esa avenida que luego de unas horas se prostituirá por dos tronchos, los tipos mayores que se tapan con una gorra y una bufanda buscando un punto para desfogar su bisexualidad, y a lo lejos unos gritos que rompen el silencio, tan desgarradores que te dan miedo ir en su auxilio. Luego llegan los patrulleros haciendo correr a las putas, que se camuflarán en las calles aledañas, escondiéndose en los hoteles baratos para no ser detenidas y poder llevar el pan a su casa el día de mañana.

Era lo que me hacía falta, respirar ese mundo oscuro y horrendo para sentirme vivo. No quería acostarme con una puta, sino solo por un instante ser parte de ese universo surrealista, retratarme en sus grafitis y ahogarme en esos gritos de socorro, soy medio autodestructivo lo sé, pero es mi forma de convivir con dolor. Por un momento me volví a sentir ese animal nocturno que sale a la calle a buscar historias, acechando la noche, pudriéndose en vida, buscando la muerte.

Son las tres de la mañana y volví a la misma banca de los buses con mi amigo Cesar. Nos ponemos a hablar de cómo serian nuestros últimos días, si preferimos permanecer en un ataúd o volvernos cenizas para ser echados al mar, ninguno de los dos hemos hecho testamento, quizás porque no tenemos nada de valor en nuestras habitaciones. Pero tenemos historias, tenemos huellas en el cuerpo que hablan del amor y otros demonios, tenemos la conciencia sucia, el alma vacía, y un perdón que esperamos que llegue un día antes de morir. Esta no es una entrada que busca provocar compasión… esto es la vida misma.

2 comentarios:

Nanika Nails dijo...

Mis Ofrendas al animal nocturno, leerte siempre es mas que un placer poetta...

Cesar Jack dijo...

al menos salimos a buscarlsa y no habia ni una jajajajaja