Como alguna vez me dijo entre copas el gran filosofo “Lecherote”, mientras se disponía a encender otro cigarrillo exclamo: “Nadie es completamente un ángel, ni completamente un demonio”, me llegaron al alma sus palabras, justamente porque hace unos días recibí una carta de una persona de algún lugar muy muy lejano (no es el pueblo de Shrek porsiacaso), diciéndome que vendría a verme, que recorrería miles de kilómetros solo para tenerme en frente y saber de qué estoy hecho. Cuenta la leyenda que algunos hombres son de barro, otros de plomo, algunos llevan alcohol por sus venas, otros tienen sangre azul, algunos huelen a azufre, otros a hierba mojada. También dicen que somos como los reptiles en plena metamorfosis y que la suerte de cada mujer determina el estado de ese proceso en que andamos, cuando se topan en nuestras vidas.
Yo no me siento un reptil, aunque algunos amigos digan que tengo cara de batracio y algunas amigas me llamen “ranita” de cariño. Tampoco soy humano del todo, sino no tendría este blog tan destructivo para mi curriculum, yo soy un lobito, un lobito feroz. Pero hasta un tipo como yo puede sentir escalofríos al saber que alguien vendrá desde tan lejos (pongámosle que viene de Tangamandapio) solo para saber que llevo dentro. Yo mismo me hice esa pregunta cuando empecé a escribir tanta tontería junta en un solo blog. Es que a ciencia cierta cada hombre es distinto, aunque todas las mujeres nos metan a todos en un mismo saco cuando dicen: “Todos son iguales”.
El gran “Lecherote” suelta otra frase apoyándose en mi: “Todos los hombres no son iguales…los hay peores”. Me palmotea la espalda como queriendo calmar mis temores, pero mis temores son más difíciles que yo. Ahora me siento más paranoico que nunca, que pasaría si no soy lo que ella espera que sea. De donde saco un caballero medieval, que es como le gustan a todas, de donde saco los modales y la educación de un caballero, de donde saco la valentía, el pundonor, y lo que es peor… de donde coño saco un caballo?.
La cuenta regresiva ah comenzado, faltan pocos días y mi tangamandapiana está por llegar. Por los pronto ando con mucho cuidado, miro bien ambos lados cuando cruzo la pista de los autobuses, no salgo mucho de noche para evitar accidentes, he perdido el celular, quizás inconscientemente, para evitar las llamadas obscenas (de esas que nos gustan tanto). El calendario va avanzando, las botellas de alcohol ya se terminaron, pero mis temores siguen latentes, me miro al espejo desde muchos ángulos y por ningun lado encuentro un caballero, que será de mi? me pregunto lleno de pánico. “Lecherote” me toma del brazo, me mira muy fijo y me dice susurrando: “Conozco un amigo que te puede prestar un caballo”.
3 comentarios:
jajaja! la cuenta regresiva ...y cuando termina???tienes que seguir no me dejes con la intriga lobito ferez, te adoro besos y mordidas
ojala no consigas ese caballo, para que te presentes tal y como eres a esa tangandamanpiana......que acaso los de alla son perfectos???? otal que te quiera asi como eres y si no::::: pos que se regrese a su pueblo jaaa!!!!!!
te quiero muchisimo lobito
dude, eres patético (:
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