LA TETA ASUSTADA

Soy un degenerado, debo reconocerlo de una vez por todas, quizás en alguna ocasión cuando haya querido atrapar alguna chica pude haberlo negado totalmente, pero la verdad es que si soy un degenerado. Tengo una vasta colección de películas XXX en una gaveta secreta de mi ropero, lo curioso es que no me han costado una sola moneda porque todas fueron obsequiadas, no me pregunten en qué circunstancias porque han sido muchas, pero al final siempre terminaban siendo un regalo de la gente que me conoce, incluso yo también las regalo cuando me las piden, la rueda sigue su curso porque me las vuelven a regalar y aquella gaveta siempre anda llena. Aunque no las veo a un ritmo acelerado, pueden pasar semanas o meses sin que abra esa gaveta, pero creo que el solo hecho de tenerla siempre llena me convierte en un degenerado compulsivo del que hay que tener cuidado.

Es que tampoco soy un degenerado las veinticuatro horas del día ni todos los días del año, solo que guardo un pequeño diablillo dentro, esperando que alguien “apriete el botón“para poder salir a la luz. Digo esto porque hace unos días fue mi cumpleaños, y como me toco trabajar tuve que pasar casi todo el día pegado a la computadora. Aquella tarde recibí muchos saludos de mis amigas, sobre todo de Claudia que se fue a vivir a Chile hace dos años, una morena exuberante que podía hacer temblar al mismo Jesucristo, aun recuerdo que seis meses después de marcharse a Santiago me confesó algo que me puso los pelos de punta, me dijo: “yo deseaba que fuésemos amantes, lo pensé muchas veces, pero mi vida ya andaba muy complicada en esas épocas”, es que Claudia ya tenía novio y como si eso fuera poco, también tenía novia (si, leyeron bien, jugaba en los dos bandos), entonces yo solo me convertí en su confidente y compañero de salidas, que siempre fueron divertidas, pero siempre quedaba esa sensación de que pudo ser mejor.

Pero estando Claudia ahora en el Messenger y sabiendo que era mi cumpleaños, me dice que me dará un regalo que nunca olvidare, enciende su webcam y me doy con la sorpresa de que esta con dos amigas más y una botella de vino, me dice que habrá bien los ojos que no puedo perderme esto. Fue cuando las tres chicas que estaban ahí se pusieron a bailar mientras se iban despojando de sus ropas, parecía ser el cumpleaños perfecto para un lobito que andaba deprimido, vi como aquellas hermosuras se quitaban la blusa, se desabrochaban el pantalón y mostraban parte de su diminuta ropa interior, ya solo estaban con el brassiere apunto de quitarse cuando de pronto se oye un ruido y apagan la webcam ahogando mis gritos que exclamaban: “quiero verle las tetas!!”. Era la tía de Claudia que había llegado del supermercado echando a perder el buen momento, cancelaron todo, solo me dijeron feliz cumpleaños y que será para la próxima porque tenían que bajar a la sala de inmediato, pero el daño ya estaba hecho, sin querer aquellas muchachas calienten habían despertado al monstro que había en mi, en pocas palabras, Claudia y sus amigas habían apretado el botón.

Un rato después entra mi tangamandapiana en línea, me saluda cariñosamente por mi cumpleaños, me dice que no pudo enviarme un regalo porque anda baja en fondos, pero que apenas pueda lo hará, yo le digo que eso no es importante, que se tome su tiempo, pero que si quisiera que haga algo por mi y que no le costara un solo centavo, me pregunta qué cosa y le digo: “muéstrame una teta”. Ella muy sorprendida solo se ríe y me niega el pedido, le insisto que lo haga porque sentía que padecía un ataque de ansiedad que solo podía calmarse si miraba una teta, pero su respuesta fue todavía más rotunda: “No lo hare, porque no me gusta hacer esas cosas”. Me sentía desamparado, como si fuese el peor cumpleaños de mi vida, pero fue en ese instante en que aparece mi amiga la vampirita, sin pensarlo dos veces le cuento mi caso, le comento lo de Claudia y sus amigas para terminar pidiéndole: “anda vampirita, muéstrame una teta”, ella se muere en carcajadas y me dice: “ahora no puedo pero si puedo tomarme una foto y te la mando”, le digo que no, que ciertas obsesiones solo se pueden calmar con el remedio exacto, y si quiero ver fotos de tetas entro al google. La vampirita me quiere, y por eso se disculpó por no poder calmar mis ansias, como si la culpa fuese suya y no mía, así yo sea el idiota obsesionado que no parara hasta ver las tetas de alguien.

La noche transcurría y aparece Lucia, que me cuenta muy indignada lo cerdo que pueden llegar a ser los hombres, me cuenta de un chico con el que salió y que terminaron en un hotel, pobre tipo, lo despellejo vivo, lo catalogo como un fracasado en la cama, probablemente sea verdad, creo que si alguien llega a los treinta años y aun no ha aprendido a coger es un fracasado. Lucia seguía contándome sus desgracias, unas más trágicas que otras, pero yo la interrumpo para hacerle un pedido: “Lucia, podrías poner tu webcam y mostrarme las tetas?”, la respuesta no se hizo esperar, “estás loco, con quien crees que estás hablando?”, le digo que todo es parte de una extraña obsesión que estoy sintiendo, que puedo morirme si no logro ver una teta, ella como siempre muy calmada me dice: “Yo creo que en estos casos, lo más recomendable… es que te mueras” mientras me lanzaba iconos de risas burlonas.

Era casi medianoche estaba a punto de terminar el día de mi cumpleaños sin poder ver una sola teta, cuando de pronto entra un travesti llamado “Geraldine” a mi trabajo, la reconocí porque suele trabajar a dos cuadras de donde me encuentro, pregunta por mi nombre, le digo que soy yo, y fue cuando delante mío se levanta la blusa para mostrarme los pechos, pude leerlo claramente, decía: “FELIZ CUMPLE”, una palabra en cada tetilla siliconeada, yo aun asustado miro afuera y encuentro a los chicos del local de enfrente riéndose a gritos señalando mi rostro de espanto, que buena broma de estos malditos, cuando me di cuenta el “monstro” ya tenía el botón en “apagado”. Se dice que si deseas algo demasiado el universo conspira para que se cumpla, pero hay que tener cuidado con las cosas que uno desea, por lo menos hay que ser mas especifico, porque no sabes cuando la vida se puede volver cabrona y llega a joderte con sus ocurrencias.