martes, 10 de julio de 2012

DIA DEL AMIGO



Es sábado al fin, no un sábado cualquiera, es “día del amigo”, una celebración creada por una empresa cervecera para que consuman su producto en dicha celebración. Es sábado al fin y no tengo planes todavía, mi sirena (la chica de quien estoy enamorado) me dice que no podrá verme esta noche porque saldrá con sus amigas del trabajo para pasar un rato ameno (quizás más ameno que conmigo y por eso las ha escogido a ellas antes que a mi). No he reclamado, acepté los planes de mi chica hidalgamente y solo espero que ocurra algo divertido para no pasar un sábado para el olvido.
Ya no tengo amigos, me he quedado solo, todos se han alejado de mí, algunos porque tienen cosas más importantes que hacer (no los culpo), otros porque simplemente deje de caerles bien (tampoco los culpo), no tengo con quien celebrar y alcoholizarme hasta terminar gateando, como bien lo desea aquella compañía de cerveza, que ha inventado dichoso día, sospecho para hacerme sentir más triste y miserable. Y para mi mala suerte me mandaron a trabajar un sábado por la mañana.
Para mi buena suerte nos dejaron salir temprano, justificando la celebración de cumpleaños de todos los nacieron en el primer semestre del año. Yo nací en enero, así que me correspondía estar entre los agasajados. Me dieron un obsequio y el jefe mi dio un abrazo en señal de felicitaciones. El sábado ya había mejorado, tenía un presente y un abrazo del jefe, que aunque no tenga cara de listo, me cae muy bien. A la salida del trabajo, mis compañeras me invitan a tomar unas cervezas en el bar de en frente, no dudó en aceptar, siempre es agradable tomar unas cervezas con ellas, son muy bromistas, ligeras y sobre todo, casi tengo la certeza de que les caigo bien.
Entramos en el bar llamado “La Cabañita”, pedimos seis cervezas y empezamos con las bromas, esa necesidad de “poner en el centro” a alguien y llenarla de burlas, algunas crueles, para saber que tanto soportan o que tan rápido logran zafarse para poner a otro al centro y convertirse de victima a victimario. En eso consiste las noches de copas con los amigos en la pequeña Lima. Algunos ya le echaban el ojo a quien arremeter, otros ya sabían con quien se irían a seguir la noche a un lugar más cómodo. Yo solo pensaba en mi sirena, en lo bien que la podíamos pasar los dos a solas, sin mas instrumentos que nuestras bocas para hacer la noche interminable. Pero hoy no podía verla, sus amigas me la ganaron por puesta de mano. Estaba resignado a terminar ebrio en ese bar, dándole la razón a la empresa cervecera que tuvo el tino de inventar el “día del amigo” para que tontos como nosotros sigan las señales y consumamos su producto.
A mitad de la noche suena mi celular, es mi amiga Sofía que me pregunta donde ando, que si puedo ir a verla. Me disculpo enseguida y salgo del lugar dejando a cuatro bellas chicas bastante pasadas de tragos, pero bien acompañadas. Ese lugar no es para mí, al menos no hasta el final de la noche. Tomo un bus y voy en busca de Sofía, le invito comida china en un restaurant mientras me cuenta como le fue su semana, mientras le cuento como fue mi semana. Sofía es una chica linda y muy amable conmigo, me soporta los defectos como si fueran solo detallitos, a veces pienso que solo me sigue la corriente. Pero me hace reír, me encanta su ingenuidad que se podría confundir con cucufateria. Siempre le digo que alguien tan torcido como yo, necesitaba de alguien tan cucufata como ella para estar tranquilo. Sofía es muy linda pero no se lo digo muy seguido porque temo espantarla, ella solo me ve como un amigo, yo aparte de amiga la veo como una terapia psiquiátrica, me provoca portarme bien cuando la tengo a mi lado, me calma mucho estar con ella, me recuerda que alguna vez yo fui un tipo bueno.
La noche se hizo extensa, fuimos al cine a ver una película, ya para esto se me había pasado la borrachera y terminamos caminando como cuarenta cuadras desde el cine hasta su casa, siendo la una de la mañana, contándole cosas de mi adolescencia, contándome ella cosas de su adolescencia, hablando de amores pasados, de vidas futuras. Mientras tanto la madrugada transcurría y nosotros sin sueño, oyendo las ambulancias pasar de prisa, el aullido de los perros a lo lejos, los borrachos que deambulaban por algunos rincones. Lo que parecía un sábado mezquino se convirtió en una noche como pocas, donde recordé que puedo ser un animal nocturno, pero también un ser humano que se porta bien, que puede amar en buena lid, que puede beber y no terminar gateando en los bares, pero sobre todo, sentí que todavía puedo tener buenos amigos. Parece que este lobo se está domesticando.

domingo, 10 de junio de 2012

MENSAJES DE TEXTO




Lunes al mediodía, un mensaje de texto de texto llega a mi celular, Es Vanesa que me dice: “Hace mucho que no te veo, vas a seguir huyendo de mí?. Tengo depa nuevo y quisiera estrenarlo contigo, no te lo voy a pedir dos veces. Te espero esta noche”. Hace varios meses que no me veo con Vanesa, desde que empecé a salir con mi sirena (la que aparece y desaparece) no la he vuelto a ver. No respondo el celular, prefiero evitar más complicaciones en mi vida y dejo que las horas entierres y olviden esa generosa propuesta que en otras circunstancias hubiera aceptado de inmediato.

Martes en la mañana, un mensaje de texto me dice: “Mi marido leyó tus mensajes y ha empezado a hacerme preguntas, te salvaste porque te cambie de nombre la noche anterior (ahora estoy en su agenda como “Sandra”), pero nuestros encuentros deben terminar. Fue lindo mientras duro, pero nada es más importante que mi familia… y mucho menos tu”. Era Andrómeda que con eso se despedía de mí, quizás para siempre. Solo pude responder con un resignado: “está todo bien, has lo que tengas que hacer”. El día termino sin lutos ni muertos que lamentar, la vida tiene que seguir.

Miércoles por la tarde, un mensaje de texto retumba mi celular: “Oye imbécil, quien te crees tú para decirme esas cosas?. A partir de ahora no me dirijas la palabra, tu y yo ya no somos amigos”. Era Milagros que así terminaba nuestra amistad de años, por haberle enviado la noche anterior un mensaje en joda que le decía: “Espero que me pagues lo que me debes… estafadora”. La deuda era por una cantidad tan ridícula (equivalente a tres galletas o a un kilo de pollo), que me tome la licencia de dramatizar el hecho y llamarla en broma “estafadora”, sin pensar que ella se lo tomaría tan a pecho. La amistad se terminó, perdí a una de mis mejores amigas por un chiste de mal gusto, o quizás, como me dijo una amiga, por un periodo mal llevado (maldita regla).

 Jueves por la mañana, un mensaje de texto en mi celular: “Quiero que vengas a mi departamento, si no vienes esta noche, olvídate de mí. Nunca más te lo pediré. Si no vienes, no vuelvas a buscarme jamás”. Es Vanesa que no sé porque se acuerda de mi después de varias semanas. También el mismo Jueves me llega otro mensaje al celular: “Quisiera ir a la playa a caminar y sentarme a ver las olas como una autista, no quieres venir?” Es Sofía, una amiga que conocí por leer mi blog. Aquella noche me quedé con Sofía toda la noche frente al mar, tirando piedras desde la orilla, oyendo las olas a ojos cerrados, viendo el amanecer, muriéndonos de frio, confesando lo que jamás le he dicho a nadie.

Viernes por la noche, un mensaje de texto en mi celular: “Debo desaparecer, no puedo quedarme. Lo siento”. Era mi sirena que una vez más desaparecía de mi vida, esta vez dándome una razón que no puedo contar. Las luces se apagan en la pequeña Lima, es casi de madrugada y debo descansar. El insomnio llegaba y vi la mañana tan cerca que no recuerdo haber cerrado los ojos.
 
Sábado por la noche, me embriago con los amigos, me pierdo por las calles del centro de la ciudad. No he dormido la noche anterior, Vanesa no me perdonará nunca haberla ignorado. Andrómeda cerró el capítulo en su vida,  yo ya no existo más en sus historias. Milagros siempre será mi amiga, solo debo esperar a que le termine su periodo y pueda pensar las cosas mejor. Sofía me comprende o al menos lo intenta, por eso deseo que siempre siga ahí, todavía nos quedan más noches frente al mar. Mi sirena, la que aparece y desaparece, tiene un lugar eterno en mi vida, y en primera fila. Su amistad vale más que cualquier despedida.

Sábado por la noche, un mensaje de texto acaricia mi celular como queriéndolo calmar luego de tantas batallas perdidas:  “Hola ranita, tanto tiempo sin saber de ti, espero que estés bien. Te cuento que ya me case, soy feliz y no cambiaría esto por nada. Pero no sé porque te extrañe esta noche y quise saber de ti”. Mis ojos no podían creerlo, era Ana Rosa, un amor lejano y platónico. El mensaje continuaba mientras mis ojos humedecían volviendo al pasado, “Te escribo para decirte que he vuelto por ti, que no te dejaré nunca más, siempre estaré pendiente de ti por este medio. La vida continúa y espero que seas feliz. He vuelto porque lo que vivimos juntos y lo que me hiciste sentir nunca lo podré olvidar, eres alguien muy especial y siempre te voy a querer”. Apago el celular y por fin siento que poder dormir, ya no quiero recibir más mensajes. Era todo lo que necesitaba saber… que todavía le importo a alguien.

domingo, 11 de marzo de 2012

OJOS CERRADOS II



Abro lo ojos y todavía no amanece, cuantas horas he permanecido aquí? ya no lo recuerdo, este sofá me detiene para no tocar el piso, al fondo de la habitación escucho la canción de Los Rancheros: El Che y los Rollings Stones. La ventana esta abierta pero las cortinas ocultan la poca luz que entra a la habitación. Veo ropa tirada por todo el piso, mujeres de quien ya no recuerdo el nombre, ninguna me mira, estoy muerto para ellas, ya no habito el cuarto, me fui a volar sobre mis sueños. Veo copas de alcohol sobre la mesa, cigarrillos destruidos hundiéndose en el cenicero, paquetes pequeños de papel blanco al lado de una billetera roja, tarjetas de crédito manchadas sobre un pedazo de espejo. 

La habitación empezó a girar de prisa, los ruidos aumentaban cada vez mas, mi cabeza a punto de estallar, mi estomago no lo pudo soportar, me encierro en el baño, sin darme cuenta que hay dos personas aparte de mi, moviéndose desenfrenadamente en un rincón, tampoco recuerdo sus nombres, ya no recuerdo ni el mio propio. Solo sé que entre aquí siendo alguien y ahora me siento peor que nadie. Buscando en el vació la respuesta de todas las cosas, empezando por quien soy?. 

Asomo mi cabeza por la ventana que da a la calle, respiro hondo, toso, grito de dolor,  de angustia, de miedo. No hay nadie afuera, es de madrugada y a nadie le interesa lo que suceda en esta habitación. Quiero salir huyendo, pero no encuentro mi abrigo en ningún lado. Me meto a una habitación y es donde encuentro mi abrigo sobre el cuerpo de una mujer, aquella mujer se me hace conocida, pero todavía no recupero del todo la razón. Respiro hondo y ya sé quien es, la tomo del brazo y la siento fría, sepulcralmente fría. Me azota un ataque de pánico, me golpeo la cabeza y caigo al piso. Despierto, me ahogo en mi propio viento, todo fue un sueño, sigo en aquel sofá, el alcohol, los paquetes blancos siguen sobre la mesa, y yo sigo sin mi abrigo, donde lo deje?. No quiero saberlo, me sigue doliendo el pecho, me sigo sintiendo un animal inconsciente de este juego. Me refugio en aquel sofá, le doy la espalda al desenlace... y cierro los ojos.


sábado, 3 de marzo de 2012

OJOS CERRADOS I


El alcohol ya hizo su trabajo, siento hormigueos en las manos, golpes en el pecho, como si el diástole peleara con el sístole, siento que me ahogo en medio de todo el humo de cigarrillos y otras sustancias. Veo gente que se mete al baño para aspirar polvo blanco, lo he visto mientras me echaba agua en el rostro de tanto ardor que tenia. Las mesas hacen ruido pero yo ya no las escucho, el vidrio roto al explotar las botellas ya no tienen sentido, todo el mundo va de prisa, la vida va de prisa... y la muerte se detiene a mirarme.

Como llegue hasta este lugar? como siempre sucede, no fui yo quien lo decidió, tengo amigos que ya no son mis amigos, algunos porque se dieron cuenta quien soy, otros porque ya están muertos. El alcohol sigue caminando por el lugar, de copa en copa, de mano en mano. Veo rostros que ríen sin motivo, manos que chocan con otras manos, cuerpos que se mezclan con muchos cuerpos. Veo la vida finalizar con la noche, es el lugar donde los lobos  terminan de aullar, donde todo empieza a moverse, mis manos sufren temblores, el miedo ha llegado... es momento de cerrar los ojos. 

martes, 15 de noviembre de 2011

ULTIMA CITA


Han pasado muchos meses sin verla, lo usual era que me llame cada mes para un encuentro de hotel, sin preguntas, sin vacilaciones. Pero luego de mi viaje me dedique a mi trabajo que se hizo mas agitado. He salido pocas veces, he pecado menos, quise descansar el cuerpo y mi mente, ni siquiera he podido escribir, mi memoria se fue a otro lugar donde no entraba la inspiración. Sin embargo al final del mes al fin llama, pero no con el mismo desenlace.

Suena mi celular y es Vanesa, se la oye llorosa, como llena de dolor, me dice que vaya a buscarla, que tiene problemas y me cuelga. Pensé que eran esas llamadas extorsionadoras donde te dice que es un pariente y necesita dinero o se ira preso por un delito que cometió en la desesperación. Luego de veinte minutos me ganó la curiosidad y llamé a mi amiga. Vanesa sigue llorando, me dice que esta en la sala de emergencias de un hospital porque se esta desangrando, que se sometió a un aborto clandestino y todo salió mal. Necesita que la ayude, su familia no sabe nada y no quiere que nadie se entere, me dice que tiene miedo de morir en ese lugar, que vaya cuando antes y la saque de ahí. Un frió desolador me invadió.

Hace muchos meses que no la veía, no sabia que Vanesa tenia pareja, pero aquel tipo la dejo a su suerte y ella hizo el trabajo sucio por su lado. Ahora esta muriendo y pensó en mi como opción. Yo jamas la llamaría si cayera en desgracia, tengo mis propios "salvavidas" y ella no esta en esa lista. Pero ella ha pensado en mi, esa es la idea que empezó a invadir mi cabeza los últimos treinta minutos. Tome mis llaves, la billetera y una gorra para pasar inadvertido y fui en busca de Vanesa, no sabia que hacer estando ahi, solo quería no dejarla morir en ese lugar.

El Hospital "Bravo Chico" esta en el lugar mas peligroso de la ciudad, ahi es donde la pequeña Lima se pone mas horrible que nunca. He llegado a ese hospital, entré a la sala de emergencias y no he visto a Vanesa por ningún lado, he preguntado por ella pero tampoco me dan información. Un vigilante al ver mi cara de desesperado me dice que vaya al área de ginecología, pero tampoco estaba ahí. He recorrido cada lugar, cada rincón de ese hospital, y me he dado cuenta cuanto los odio, me dan tristeza, ver tanta gente llorando, histéricas gritando y preguntándose: por que?.

Las horas pasaron, el final de esta historia es que me encontré solo, sentado debajo de una escalera, rodeado de gente llorando, con el celular en la mano tratando de llamarla como cien veces y ella ya no respondió. Nunca mas respondió.

Era un fin de semana cuando leí un aviso en el Internet, alguien ofrecía sus servicios con discreción, eran casi encuentros furtivos, en una esquina del centro de la ciudad, ella se describía y pactaban un encuentro en algún hotel cercano. Yo la llamé y la invité a comer, luego caminamos por la avenida Mendiola mientras me contaba sobre su vida, sobre su pasado, pero jamas de su presente. Aquella noche no fuimos a un hotel, yo quería conocer a la mujer, no a la prostituta. Fue así que Vanesa me pidió un segundo encuentro y empezó nuestra historia. Ahora quizás nuestra historia haya terminado.

sábado, 8 de octubre de 2011

VIAJERO DE REGRESO


Lleno de dudas, con una pelea de gatos en la cabeza, queriendo huir de todo, me propuse hacer un viaje. A donde? a cualquier parte, lo importante es escapar de la rutina, acostarse a las cuatro de la mañana y dormir hasta el mediodía no parecía algo saludable para mi. He querido volver a escribir pero también no hacerlo nunca. Alguna vez han tenido esas crisis existencialistas?. Esta vez me tocó a mi. Andaba por el Megaplaza viendo en que gastar mi dinero y fue cuando me tope con una agencia de viajes, no lo pensé mucho y tome el primer bus para Trujillo, porque ese lugar? no había razón, solo salir de Lima, de la pequeña y aburrida Lima. Tome mi mochila y mi billetera, y partimos.

Llego a la ciudad de Trujillo, camino hacia la Plaza Mayor y me pongo a tomar fotos, pido un tour por la ciudad, paso el dia entero conociendo lugares, hasta que llego la noche. Busco diversión y no la encuentro, ni los taxistas saben donde se divierte la gente. Hasta que fue un taxista quien me llama. Me pide que suba, yo le hago caso y estando en su auto me pregunta a donde quiero ir. "Llévame a donde se divierten los hombres de verdad" le digo sin titubear, el me mira muy serio y me dice: "Hay dos opciones, un nigh club donde las chicas se desnudan y la segunda, el burdel mas conocido de Trujillo, llamado El Milagro". Yo escogí la tercera opción: "Llévame primero al bar nudista y si me aburro me llevas a ver El Milagro".

Era casi medianoche cuando íbamos de camino al burdel mas famoso de todo Trujillo, que cosa rara, estaba ubicada fuera de Trujillo (detalles de parroquiano solamente). El bar nudista no me gusto, sin embargo aquel burdel tenia lo suyo, un lugar lleno de habitaciones donde cada mujer estaba parada en la puerta con su mejor lencería, algunas sin mucho que ocultar. Me quede cerca una hora en aquel lugar pero no me acosté con ninguna, sali a buscar al taxista que me seguía esperando. Y fue ahí que empieza la historia.

El taxista se llamaba Felipe, era un hombre de unos cincuenta años, me decía que el conocía la ciudad como la palma de su mano y me llevo al gran coliseo, ahi estacionado me contaba que de chico quiso ser boxeador, que una mañana entro a ese lugar a pedir que lo entrenaran. Un tipo viejo se le acerco y le dijo que el lo entrenaría si seria capaz de aguantar cinco minutos con Ivan, un joven moreno que golpeaba un saco de arena en uno de los rincones. Felipe acepto sin dudar, lo único que quería era aprender a boxear, "quería ser como Mohamed Ali" me decía aun con un brillo en los ojos. Subió al ring y a los tres minutos ya tenia la cara hinchada, le estaban dando la peor paliza de su vida. Un anciano de aspecto vagabundo paró la pelea y empezó a darle de gritos a todos ahí presentes: "Abusivos de mierda, como dejan pelear a este chico nuevo contra el campeón estatal".

El anciano bajo del ring a Felipe y le dijo: "hijo, si quieres aprender a boxear yo puedo enseñarte, si quieres puedes retar a Ivan en tres meses, pero sabrás pelear y ya nadie te agarrara de cojudo". Felipe acepto la propuesta y tomo el reto. Ivan solo se burlaba mientras el viejo hacia correr a Felipe veinte vuelta al coliseo cada mañana. Al principio Felipe se la pasaba corriendo, "es para que ganes piernas" le decían, ya luego le enseñaron a golpear el saco: "El secreto esta en sacudir el saco hacia arriba, dar un golpe y empujarlo lo puede hacer cualquier, si lo haces moverse hacia arriba, tus golpes serán mas dañinos", me narraba Felipe como si todavía tuviese dieciséis años.

El resultado: tres meses después Felipe sube al ring sin miedo y le revienta la cara a Ivan en solamente cinco minutos. El viejo le consigue mas rivales a Felipe, lo lleva a competencias y empieza a ganar en serio. Y llegan las buenas épocas: "En este mismo coliseo pelee la final con el gran Romerito (famoso campeón nacional de antaño), aun conservo esa medalla, es mi gran tesoro, tengo recortes de periódicos de mis campeonatos ganados. Pero deje el boxeo por mi mamá. ella sufría del corazón, nunca le dije que boxeaba pero un día se enteró. Cada vez que subía al ring ella se ponía mal y podía morir de un infarto. Y yo la quería mas que cualquier medalla" me decía mientras me mostraba la foto de su progenitora ya fallecida hace unos meses. "Me buscaron muchos empresarios, me ponían peleas, me ofrecían dinero. Pero ya no podía ocultarlo porque Trujillo es una ciudad chica y pegaban los afiches en todas partes. Pero ahora puedo decir que le di una paliza al gran Romerito" terminaba su historia, con una sonrisa que estoy seguro le ha durado por décadas. Todavía tenia ese porte de búfalo, esas manos grandes y esos brazos con que estoy seguro aun podrían tumbarse a cualquiera.

Enrumbamos de nuevo a mi hotel, quiero bajarme y me dice que le debo un dinero extra por haberme esperado tanto tiempo en las afueras del burdel. le digo que no me había dicho que había que pagarle la espera, que en ese caso se hubiera ido y tomaba otro taxi, me negue a pagarle. Felipe detuvo el auto, aun faltaban unas cinco calles para llegar a mi hotel, eran las tres de la mañana y no había un solo alma en los alrededores. Saque la calculadora para hacer mis cuentas: El tipo pesaba casi el doble que yo, tenia unos puños de acero y le había partido el alma al gran Romerito (eso fue hace muchos años, pero yo en mi vida había tumbado a un campeón nacional y eso jugaba en mi contra), saque la billetera y lo que parecía un tour por la ciudad termino casi en un asalto a mano armada, armada de pura potencia. Le di un billete mas, nos despedimos con un apretón de manos. Mientras caminaba hacia mi hotel, lamentaba tener este cuerpo mofletudo, imperfecto, carente de fibras, lamente no tener las agallas de enfrentarme a un tipo de cincuenta años que para mi vergüenza, tenia mas musculatura que yo. Pero luego pegue la risotada, había encontrado a un tipo como pocos, divertido, alguien que me saco del hoyo de aburrimiento en que me encontraba, me llevo en las putas, me dio un paseo por la noche trujillana, donde ningún guía de turista afeminado es capaz de ir. Aquel tipo me quito un billete pero a cambio me entregó una historia... me regresó al camino.

jueves, 11 de agosto de 2011

EXPEDIENTES SECRETOS V


Recuerdo que ella me dijo que no había conocido nunca a alguien como yo, que la hacia sentir especial, que yo si sabia tratar a una mujer, que sabia tocarla, que era tierno, inocente, lejos de todo mal, pero yo no le creí. Quizás porque recién estaba empezando en estas cosas y debía desconfiar de todo el mundo, quizás porque no estábamos en un parque de diversiones ni en una iglesia, estábamos en un "table dance", donde ella tenia que salir a bailar dentro de quince minutos.

Aquella noche salimos de su trabajo y nos metimos a comer cerca de ahí, luego la lleve a un hotel donde hicimos el amor. Estando sobre mi pecho, oliendo mis latidos, me dijo que me quería, que quisiera estar conmigo siempre, que nunca se alejaría de mi si se lo pidiese, pero yo no le creí. Quizás porque no estaba en edad de creer, porque quise evitar quedarme en un solo lugar, o quizás porque yo no podía sentir lo mismo.

Una tarde ella me dijo que había dejado el trabajo de bailarina en ese night club, que ahora estaba trabajando en una tienda de ropa, me dijo que su vida había cambiado gracias a mi, que seria otra persona y que esta empezando un nuevo camino, que si la sigo seria feliz. Me dijo que ya no ha vuelto a ver a sus amigas, que no sale a fiestas, que quiere ocupar su tiempo en cosas mas importantes para ella, y yo no le creí. Me sentí de otro planeta, o quizás invente un mundo para mi solo, parecido a una burbuja de jabón. Me volví insensible, frió, distante, el mas grande cabrón que ella conoció.

Ella me dijo que quería ser madre, que tenia planes, que un día dejaría de cuidarse, que no hay nada en el mundo que la haga mas dichosa, me hablo de mudarnos fuera de Lima, donde su familia tiene un lugar donde vivir, me dijo que quería intentar una vida conmigo, que estaba segura que nos iría bien, que quería una familia. Pero yo no le hice caso, no quise creer, y ella de alguna forma lo entendió. Algunas semanas después ella me dijo que haría un viaje, que tal vez seria largo, que me cuidara mucho, que espera que algún dia la extrañe, tomo un bus y se fue a casa de sus padres. Nunca mas la vi.

En todo este tiempo he tenido tres sueños, de un niño que me llama por mi nombre, que va de la mano de aquella mujer. Los sueños no son seguidos, tienen algunos años de diferencia uno del otro, pero siempre veo al niño mas crecido, y cuando le pregunto la edad, me dice exactamente el tiempo que he dejado de ver a su madre. Siempre he creído en las señales, pienso que cada vez que los sueño algo importante sucede con la vida de ellos. Al despertar del primer sueño la he buscado, pero me dijeron que ya no vive ahí, que no conocen a nadie con ese nombre. He buscado las formas de dar con ella, pero ha sido inútil, ella ya no esta a mi alcance. He tenido que vivir con eso todo este tiempo, sin saber si es real, si en algún lugar del mundo hay alguien que tiene mis ojos, mis gestos o mi mal humor. Espero poder vivir lo suficiente para poder verla de nuevo y cerrar ese capitulo o retomarlo. Este expediente es el secreto mas grande que tengo. Lo quise contar ahora, justo cuando he pensado dejar de escribir mas en este lugar.